La cantidad de información que llega sobre la guerra en Europa inquieta a los niños. Es importante resolver sus dudas y temores con la verdad, de acuerdo con su edad.
¿Papá, a nosotros nos va a caer una bomba encima?
Esa fue la pregunta de un niño de siete años en medio de una cena familiar. Sus padres, sorprendidos, consultaron a la psicóloga y educadora Juana Morales, quien ya había notado cierta inquietud entre sus alumnos, en el jardín infantil Vueltacanela. Junto a su compañera, la psicóloga Cecilia Zuleta, decidieron hacer una charla sobre el tema de la guerra para las familias de los niños.
Lo primero que notaron en su charla virtual es que esa pregunta era recurrente en otras familias y que los padres no sabían cómo responderla, pues son muy desafortunadas las noticias que a diario recibimos por diversos canales, medios, plataformas o redes, sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania.
¿Será que la guerra va a llegar acá? Es otra de las inquietudes entre los niños, según comentaron los padres en la charla.
Es necesario tener pautas en casa para aclarar las dudas y los temores frente a la situación de zozobra que vive el mundo y la avalancha de información a la que pueden estar expuestos los niños. “Comencemos por explicar que las preguntas son frecuentes porque los niños están expuestos a la información, pero a diferencia de los adultos, no tienen un filtro a través del cual puedan comprender la realidad”, explica la psicóloga Zuleta.
Por su parte, la psicóloga Morales, dice que “evitar el tema no es una opción, porque a los niños no se les puede ocultar o minimizar la situación y necesitan explicaciones claras. Ante todo, hay que saber qué es lo que están percibiendo y cuál es la idea que ronda su cabeza”.
Pautas para hablar con los niños
Consultamos a las doctoras Catalina Ayala, psiquiatra de niños y adolescentes de la EPS Sanitas y a la psicóloga Esperanza Durán, jefe de soporte emocional de la Clínica Colombia de Colsanitas en Bogotá, sobre cómo manejar el tema de la guerra y la forma de abordarlo en casa, para tener respuestas acordes a su etapa de desarrollo, su comprensión y el grado de miedo que estén expresando sus hijos.
1. ¿De dónde proviene la información?
Los padres deben saber de dónde están recibiendo sus hijos esa información: ¿es en la casa, los padres están hablando del tema frente a ellos y no se dan cuenta qué tanto están percibiendo sus hijos? ¿Están viendo noticieros de televisión mientras sus hijos están presentes o ven los periódicos digitales, impresos, redes o videos y sus niños están cerca?
Las preguntas clave para averiguarlo son: ¿Qué te preocupa, qué has oído, qué sabes, qué has visto?
Por lo general, explican las especialistas, los niños en etapa preescolar reciben esta información de sus padres, por eso es muy importante que sean cuidadosos con las conversaciones que tienen en casa, delante de ellos.
2. Tener en cuenta la edad del niño
En todas las edades es indispensable hablar con la verdad, no ocultar los hechos.
Hay que aclarar que este tipo de preguntas surgen después de los cuatro años; es muy extraño que ocurra antes de esa edad y no hay por qué contarles nada sobre el tema si ellos no lo preguntan.
Si está entre los cuatro y los seis años, la mejor manera de explicarles es con comparaciones o analogías sencillas, por ejemplo, “una guerra es una pelea muy grande en la que participan muchas personas, grupos o países”.
Igualmente se puede hacer comparaciones con hechos o situaciones que han tenido los pequeños, por ejemplo, las peleas con un compañero por un juguete. Se recomienda explicarles que las discrepancias existen, suceden en casa, en el colegio, en la familia y en la sociedad en general, pero que hay formas de arreglarlo a través del diálogo. Desde un comienzo es bueno sembrar una semilla para la resolución de sus propios conflictos, nunca admitir que la violencia es el camino.
También es clave explicarles que otros adultos, en otros países, están ayudando para que los países en guerra puedan llegar a acuerdos y terminar la guerra.
Después de los siete u ocho años los niños ya entienden el concepto de país, incluso de continente, así que se les puede explicar la situación con más detalles. Por ejemplo, puede mostrarle en un mapa dónde están los países que están en conflicto, qué tan lejos están de nosotros para ubicarlos en ese escenario geográfico.
En estas edades no es bueno que estén expuestos a noticieros, mucho menos a imágenes agresivas o violentas como las que se presentan por la guerra.
Los niños de más de nueve años y hasta los 12 seguramente tendrán acceso a las noticias por diversas fuentes, a través de Internet, incluso, puede ser un tema que se hable en el colegio, con sus compañeros o los padres de sus amigos.
Con ellos se puede hablar con más precisión sobre lo que es una guerra, y aunque no es un evento deseable y por el contrario significa el sufrimiento de muchas personas, las guerras siempre han existido. Se les puede hablar de la historia de la humanidad y sobre cómo iniciaron y acabaron las guerras que han sucedido hasta ahora.
3. ¿Qué tanto afecta a un niño?
La guerra es una situación que preocupa a los adultos, por ende, también genera incertidumbre y miedo en los niños. Es necesario validar su sentimiento, respetar su miedo y entender que al niño le genera incertidumbre. Por esta razón no hay que desconocerlo, hay que asumirlo, pues si en casa no se lo explican bien, el niño puede buscar información equivocada por otras vías.
La ansiedad y el temor de los niños va cambiando de acuerdo con su desarrollo y edad, pero hay que entender que sus temores son naturales.
4. ¿Qué tanto pueden ver, oír, escuchar?
En ningún caso se debe presentar a los niños noticias explícitas o imágenes conmovedoras, de hecho, lo son para los adultos. Tampoco hay que ver noticieros con ellos.
Con niños pequeños (cuatro a seis años) se pueden utilizar videos o imágenes de contenidos informativos, didácticos, que aclaren sus dudas, pero que no generen malestar o aumenten la ansiedad.
Después de los siete a ocho años, los videos y explicaciones audiovisuales ayudan mucho a comprender el conflicto y qué tan lejos estamos de él.
Para niños mayores de nueve a 12 años, las clases en el colegio o en casa pueden ser muy ilustrativas, con el apoyo de programas de historia, por ejemplo.
Estos niños, que están en etapas escolares más avanzadas tienen mayor capacidad de análisis, por ello debemos explicar claramente qué es la guerra, dónde se está llevando a cabo y cómo puede afectarnos. Por ejemplo, ellos saben que se puede disminuir el abastecimiento de alimentos, pues es información que está circulando en las noticias.
Frente a este tema es importante explicarles que vivimos en un país que tiene una buena despensa de comida, que produce muchos alimentos, pero que, si es el caso, sería necesario adaptarse a las circunstancias, pues la comida ha subido de precios y de ello dan cuenta las noticias. También debemos explicarles que en casa podrán cambiar ciertos hábitos, comer productos más baratos y adaptarnos a las circunstancias, si se llega a presentar la situación.
Finalmente, no hay que caer en explicaciones profundas y analíticas, eso podría hacer más complejo un tema que de por sí es difícil de entender. Entre más simple sea la respuesta, más tranquilidad le da al niño.
Recomendaciones
Primero: indagar qué tanto sabe el niño, cuál es su edad y etapa de desarrollo para definir el tipo de respuestas.
Segundo: validar su emoción, no se debe pensar que por ser pequeño no entiende o no hay necesidad de explicarle, si el niño pregunta o se refiere al tema de la guerra es porque le preocupa o siente temor.
Tercero: buscar ejemplos en casa que sean acordes a su edad, pero que les permita entender que las peleas o los conflictos existen, y que la mejor manera de resolverlos es a través del diálogo.
Cuarto: limitar la información. No hay por qué ver noticieros con niños pequeños al lado y menos ver imágenes de guerra. No se trata de ocultar el tema sino de filtrar la información para mostrarles contenidos adecuados.
Quinto: no apasionarse, es necesario que los padres sean neutrales y que muestren siempre que hay diferentes puntos de vista. La idea es mostrarles que la guerra es un conflicto y que, de alguna manera, hay adultos en otros países que están intentando resolverla a través de la negociación.
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