Uno de los tratamientos más usados contra el cáncer es la quimioterapia. Muchos hemos oído mencionar esa palabra, pero pocos sabemos en qué consiste el procedimiento. Un periodista estuvo allí, y nos cuenta de qué se trata.
Manuel tiene alrededor de cincuenta años y hace cuatro meses le descubrieron cáncer de páncreas. El tratamiento incluye dieciocho sesiones de quimioterapia cada quince días. Esta es su quinta sesión. Acostado en la silla reclinable y conectado a una manguera que le suministra un fármaco, dice que las primeras dos sesiones fueron las más difíciles, porque el malestar general lo dejó en cama el resto del día. Las dos siguientes fueron mucho más amables, tanto así que ni siquiera perdió el apetito.
Cada sesión dura entre cuatro y cinco horas. Su esposa lo acompaña en la silla para visitantes. Manuel dice que estar acompañado es un aliciente para ese tiempo tan largo. En la sala hay otros siete cubículos ocupados por pacientes en situaciones similares a la suya, y apenas la mitad de ellos están acompañados. Los ocho pacientes son tratados mediante quimioterapia, pero eso no significa que la quimioterapia es una sola, ni que es prescrita a todos por igual.
¿Qué es la quimioterapia?
La quimioterapia es un recurso terapéutico para combatir el cáncer mediante la aplicación de sustancias farmacológicas que llegan a todas las partes del cuerpo. Por tanto, es una terapia que procura que los fármacos se distribuyan en el organismo a través de la sangre u otros fluidos. Sin embargo, señala el oncólogo de Colsanitas Ricardo Duarte, la quimioterapia puede administrarse de tal manera que llegue en concentraciones más altas a regiones específicas del organismo. Por ejemplo, puede administrarse en el líquido cefalorraquídeo para que llegue en mayor concentración al sistema nervioso central.
Por esta razón es imposible hablar de una sola quimioterapia: cada paciente y cada tipo de cáncer lleva a que el mismo procedimiento se adecúe a cada caso.
¿Cuáles son los tipos de quimioterapia?
La quimioterapia se clasifica según su distribución o según el momento de su uso.
Según distribución:
En este caso, podemos hablar de quimioterapia sistémica y quimioterapia regional. En la primera se administra la sustancia a través de un vaso sanguíneo venoso periférico, que la transporta en la sangre hasta el corazón para que éste la reparta a todas las regiones del cuerpo. En la segunda, la sustancia se administra a través de un vaso sanguíneo específico que la transporta a sitios seleccionados del organismo, para que llegue allí con una concentración mayor.
Según el momento del uso:
Bajo esta luz, la quimioterapia puede ser neoadyuvante, adyuvante o paliativa. En el primer caso, la quimioterapia opera como una estrategia inicial de tratamiento, cuya función es disminuir el tamaño de la enfermedad para facilitar una intervención. En el segundo caso, la quimioterapia sirve para fortalecer una estrategia de tratamiento ya utilizada, normalmente una cirugía, y de esta manera tratar aquel porcentaje de la enfermedad que fue inoperable. En el último caso, la quimioterapia tiene el objetivo de retrasar el crecimiento de la enfermedad y, así mismo, sus respectivas recaídas; esto con el propósito de que el paciente viva mejor en aquellos casos en los cuales la enfermedad es incurable.
¿Cómo se determina el tipo de quimioterapia para cada paciente?
No hay un esquema de quimioterapia preestablecido, pues depende de la persona —edad, peso, estatura, núcleo de apoyo—, del tipo de enfermedad y de la progresión de la misma. En un pabellón de oncología como el de la Clínica Colombia, que cada día administra alrededor de sesenta quimioterapias, es posible que no haya dos tratamientos idénticos.
El doctor Duarte explica que todo tratamiento oncológico, del tipo que sea, parte de un argumento clínicamente válido, es decir, de un estudio clínico comparativo que demuestre qué es mejor para cada caso.
Por esta razón, las citas médicas oncológicas son más largas que en algunas otras especialidades: es necesario conocer a fondo a cada paciente y a su enfermedad para determinar el mejor abordaje, tanto en tipo de quimioterapia como en fármaco a suministrar y tiempo de tratamiento.
¿La quimioterapia cura el cáncer?
Al respecto, dice el doctor Duarte: “Nosotros casi nunca usamos la palabra cura, porque eso significa que los pacientes tienen las mismas condiciones de vida de una persona que nunca ha tenido la enfermedad, y eso no es cierto. Hay pacientes que tras la cirugía y la quimioterapia no presentan la enfermedad y no vuelven a tener recaídas, pero eso es muy difícil de saberlo de antemano”.
Sin embargo, hay algunos tipos de cáncer que, estadísticamente, tienen buen pronóstico con la quimioterapia. Por ejemplo, el doctor Duarte señala que la leucemia aguda en niños entre los dos y los ocho años puede ser tratada con éxito en un 80 % de los casos; los linfomas, en un 70 %, y el cáncer de testículo, aún en fases avanzadas, en un 60 % o 70 %.
Con el cáncer la meta más cercana establecida por muchos especialistas es disminuir la mortalidad y aumentar los períodos de progresión de la enfermedad. En otras palabras, que el paciente pueda vivir su vida con plenitud sin tener recaídas durante largos lapsos o sin tenerlas nunca más.
En oncología se habla de tres respuestas a la quimioterapia. La respuesta clínica completa implica que la enfermedad no aparece en ningún examen clínico. La respuesta patológica completa, que la enfermedad no puede encontrarse en los estudios de patología. La respuesta parcial, que la enfermedad disminuyó en más del 30 %. La respuesta de enfermedad estable, que la condición se mantuvo igual a antes del tratamiento. Y la respuesta de enfermedad en progresión, que empeoró durante el tiempo del tratamiento.
Vale la pena resaltar que mensualmente alrededor de 30 pacientes diagnosticados con algún tipo de cáncer logra terminar con éxito el ciclo de quimioterapia en la Clínica Colombia. Aunque esto no equivale a una cura, sí equivale a una mejora considerable en el pronóstico de la enfermedad.
¿Cuáles son los efectos secundarios de la quimioterapia?
“Para la mayoría de las personas la quimioterapia es algo horrible, agresivo, que acaba con el paciente. Incluso, se dice que es peor que la enfermedad”, señala el doctor Duarte. “La gente piensa eso porque la quimioterapia, en la mayoría de los casos, se realiza en personas con la enfermedad muy avanzada y con un estado general deteriorado. Estas personas piensan que cualquier cosa que suceda luego de iniciar la quimioterapia se debe a ella misma, pero hay que tener presente que muchos de los efectos secundarios suelen ser propios del avance de la enfermedad y no del tratamiento”.
No obstante, la quimioterapia, como todos los tratamientos médicos, tiene efectos adversos o secundarios. Lo importante es identificar si los beneficios son mayores que efectos desagradables. Por ello la quimioterapia no es un tratamiento que se aplique de manera indiscriminada a todos los pacientes oncológicos, sino a aquellos a quienes mediante estudios se determina que les va a resultar beneficioso.
¿Cómo es un ciclo de quimioterapia?
La respuesta al tratamiento suele evaluarse alrededor del cuarto ciclo de tratamiento, y cada ciclo puede estar compuesto por tres, cuatro o más sesiones. Claro está que hay pacientes que necesitan mayor frecuencia. Manuel, por ejemplo, tiene sesiones quincenales, pero junto a él en la sala hay pacientes que tienen más de una sesión semanal.
Al término del cuarto ciclo se realiza un chequeo clínico completo para evaluar la respuesta de la enfermedad y del paciente al tratamiento, es decir, para evaluar su eficacia y seguridad. Realizado dicho chequeo, el tratamiento puede continuar, o la enfermedad puede pasar a ser tratada con otra estrategia. “Por ejemplo, una paciente con cáncer de seno tuvo tratamiento inicial de quimioterapia, luego va a cirugía, luego a radioterapia, y luego entra en una fase de terapia hormonal. Al cabo de todo este proceso pueden pasar alrededor de cinco años, tras los cuales la paciente entra en una fase de seguimiento que va a durar hasta que se muera”, dice el doctor Duarte.
En el caso de Manuel, esta es su quinta sesión de quimioterapia. En quince días asistirá a la sexta y habrá culminado el ciclo que antecede a su chequeo de control. Entonces sabrá si la enfermedad que comenzó como un dolor de abdomen hace pocos meses ha cedido lo suficiente como para verse en el futuro como uno de los tantos pacientes que culmina con éxito esta parte de su tratamiento.
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