Su uso en la cocina parece no tener límites. Además, tiene pocas calorías, un buen perfil nutricional y muchas propiedades curativas.
ste tipo de col, que se caracteriza porque tiene flores en forma de arbolitos blancos (o también pueden ser morados, naranjas o verdes en algunas especies), pertenece a la familia de las crucíferas, dentro de la cual se encuentran otras verduras consideradas “súperalimentos” como el kale, el brócoli y los repollitos de Bruselas.
Hoy se cultiva prácticamente en todo el mundo. Debido a su sabor suave, bajo contenido calórico y a su versatilidad en la cocina, la coliflor se ha vuelto muy popular en los últimos años y es una verdura que cada vez está más presente en la mesa colombiana.
Perfil nutricional
Una taza de coliflor tiene apenas 25 calorías y tan solo 5 gramos de carbohidratos (versus las 140 calorías y 30 gramos de carbohidratos, aproximadamente, que puede tener una taza de arroz blanco). Además, posee 2 gramos de fibra y de proteína, el 100 % de la cantidad diaria recomendada de Vitamina C y cubre una cuarta parte del requerimiento de vitamina K, entre otras vitaminas y minerales.
Es buena para la salud
“Cuando nos referimos a los beneficios que tienen los alimentos, esto va directamente ligado a los nutrientes que poseen y a las funciones de dichos nutrientes dentro del cuerpo humano”, explica la doctora Luisa Fernanda Becerra, nutricionista-dietista adscrita a Colsanitas.
“La coliflor es un vegetal rico en vitamina C, agua, potasio, fósforo y fibra. La vitamina C, por ejemplo, es antioxidante, evita el daño y envejecimiento celular, participa en la respuesta inmune y en la síntesis de colágeno; la fibra favorece el tránsito intestinal; el potasio es necesario para el adecuado funcionamiento del corazón y de los músculos; el fósforo es esencial para la formación de huesos y dientes”, puntualiza la especialista. “Este vegetal es, además, bajo en calorías y tiene un sabor exótico, por lo que resulta ser un producto versátil y exquisito en la cocina”.
Posee, además, unas sustancias conocidas como glucosinolatos, las cuales una vez masticadas y digeridas, forman compuestos biológicos activos que generan efectos antiinflamatorios, antivíricos, antibacterianos y potencialmente anticancerígenos en el organismo.
Para tener en cuenta
“La coliflor, como todas las coles, aumenta la producción de gas en el intestino durante la digestión”, explica la doctora Becerra. “Esto puede generar molestias como inflamación o distensión abdominal con algo de dolor. Sin embargo, esto no es una contraindicación para consumirlo. Las personas con síndrome de colon irritable la pueden comer, pero en poca cantidad”.
Asimismo, se dice que quienes tomen anticoagulantes no deberían comer grandes cantidades de coliflor, porque los altos niveles de vitamina K podrían reaccionar negativamente con los medicamentos. También, consumir mucha coliflor puede evitar que la tiroides absorba bien el yodo, una sustancia esencial en el correcto funcionamiento de la glándula.
En todo caso, lo mejor siempre será llevar una alimentación equilibrada, suficiente y variada, en la que se incluyan vegetales de todos los tipos y colores y, antes de hacer cualquier cambio drástico en la dieta diaria, la recomendación es consultar con el especialista.
Muchas recetas
Parte de su popularidad se debe a que es un vegetal versátil y bajísimo en carbohidratos: se puede hervir, saltear, asar, chafar como puré, rallar, procesar hasta convertirlo en harina, congelar para añadirlo a los smoothies y lograr una textura cremosa. Las opciones son infinitas. Algunas de las recetas y usos más populares que pululan hoy en día en libros, redes sociales y programas de cocina son: pizza con masa de coliflor, arroz de coliflor, galletas dulces hechas a base de coliflor, puré, cremas, ensaladas, entre muchas otras.
A la hora de comprar esta verdura, opte por aquellos ramilletes que sean de color blanco (no amarillento ni con manchitas) y cuyas hojas estén de color verde brillante. Es mejor almacenarla en la parte baja de la nevera, adentro de una bolsa hermética que tenga huecos, para que la humedad no la estropee antes de tiempo.
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