Los dibujos de los niños reflejan lo que sienten, piensan y viven, bien sea positivo o negativo. Por eso es clave interpretarlos correctamente y acudir al especialista en ciertos casos.
“La resonancia de un niño son sus dibujos, a través de ellos se sabe cómo está su perfil cognitivo y emocional”, decía en sus clases el doctor Rafael Vásquez, pionero de la psiquiatría infantil en Colombia. Con esta enseñanza, el doctor Gustavo Lara, psiquiatra infantil de Sanitas y quien fue su alumno, explica la importancia de los dibujos en la vida de un niño, no solo para que dejen volar su imaginación y creatividad, sino para detectar su estado emocional.
“El dibujo de un niño es una foto de lo que está sintiendo hoy”, indica el psiquiatra Lara, y en esa medida se puede conocer qué pasa por su mente, cómo está su desarrollo cognitivo y su estado emocional.
Por ello, se debe tener mucho cuidado con la interpretación que se hace de sus dibujos, explica la psicóloga Rosario Parra, docente y experta en el manejo de la proyección, una técnica que se utiliza en terapia con niños a partir de sus dibujos.
Para entender bien lo que significan los dibujos y no caer en las especulaciones, los doctores Lara y Parra son enfáticos: “El peor error que pueden cometer los padres es buscar en internet interpretaciones de dibujos infantiles”.
Los doctores Lara y Parra comentan que han tenido consultas de padres alarmados con los dibujos de sus hijos porque buscaron en páginas web y están preocupados por los “diagnósticos”, incluso llegan a pensar que sus niños pueden tener enfermedades mentales o tendencia a la violencia por dibujar tanques o armas.
En tal sentido, es necesario conocer qué se puede interpretar o no, y cuándo se debe pedir una opinión experta en la materia, de lo contrario se puede caer en la especulación.
Dibujan lo que ven
En primer lugar, es importante entender que un dibujo de un niño no se puede interpretar fuera de su contexto, pues de lo contrario no significa nada. Frente a esto, la doctora Parra explica que “si el niño dibuja tanques o armas y analizamos por qué, es posible que él o ella solo estén plasmando las imágenes de los videojuegos, las películas que ve o los héroes que admira”.
Es indispensable que los padres indaguen sobre lo que sus hijos están viendo últimamente, hay muchas películas o videojuegos donde ven armas, bombas, disparos, acción, si ellos reproducen en sus dibujos estos elementos hay que preguntarles ¿dónde lo viste?, ¿quién es este personaje?, ¿qué está haciendo él?
Muy seguramente, explica la doctora Parra, la niña o el niño va a contar que es el personaje de una serie contra quién está luchando, dirá por qué cree que lo hace y si le parece bien o mal.
Otra cosa distinta es si el pequeño dice que es un invento propio. En ese caso hay que ahondar en su explicación, de dónde sale esa imagen, por qué la pinta, dónde la ha visto, si lo hace frecuentemente o son temas aislados, porque también pinta otras cosas, como escenarios naturales o a su propia familia.
Los dibujos y sus etapas
De acuerdo con la explicación del psiquiatra Gustavo Lara, “antes de los seis años, los niños y niñas pintan garabatos”, es natural. Lo importante, dice, es que sus padres y cuidadores les pregunten qué significa lo que pintan y quién es la persona que están garabateando, este proceso no solo ayuda a motivar su desarrollo motriz fino, sino que apoya el conocimiento sobre nuestros hijos en la medida en que los acompañamos en la actividad y buscamos entender lo que quieren plasmar”.
Desde los seis y hasta los ocho años, pueden pintar más elementos del cuerpo humano, de tal manera que van plasmando con más detalles lo que sienten y ven, caras, ojos, piernas, pelo, manos. No se trata de dibujos elaborados o creaciones artísticas, se busca que el niño o la niña muestre sus ideas, desde su perspectiva.
Posteriormente, desde los ocho a los 12 años, ya tiene un pensamiento más elaborado y concreto, va a ir perfeccionando su dibujo hasta los 16 años, cuando ya tiene muchas más herramientas para expresar ideas y emociones.
¿Qué dicen los dibujos?
De acuerdo con los especialistas, hoy en día los niños están dibujando menos y llaman la atención sobre la necesidad de darles espacio para que dejen volar su imaginación, porque como lo demuestran los estudios, dibujar es parte de su desarrollo cognitivo, emocional y motor.
También lo afirma la educadora Ana Belén Maestre, en su artículo El dibujo en la escuela, “la potencialidad creativa que tienen los niños y las niñas con el dibujo es enorme, pero no se reconoce si no se le ofrece la oportunidad de ponerla en práctica. El dibujo representa para ellos un tesoro expresivo”.
Ahora bien, más allá de la necesidad de fomentar y propiciar los espacios para que el niño exprese sus emociones y de calificar si son creaciones artísticas o no, la importancia del dibujo radica especialmente en lo que ellos dicen con sus trazos.
Tal como lo explica la doctora Parra, “el dibujo da otra serie de señales que son absolutamente maravillosas y que no son negativas. Por ejemplo, el niño que pinta una figura humana con las manos y sus dedos son redondos, con ojos, con pestañas, con el cuello proporcionado, con piernas proporcionadas, vestido, no necesariamente lindo, pero bien estructurado, con trazo firme, lleva a pensar que es un niño que se encuentra emocionalmente bien”.
¿Qué deben mirar los padres?
Básicamente cosas como el tamaño del dibujo: si es muy grande o muy pequeño, si le hace sombreados a la figura, o si omite detalles, por ejemplo, cuerpos sin manos; el lugar o la posición en donde ubica el dibujo con respecto a la hoja, si está centrada o no, arriba o abajo.
Además de lo que pinta, observar qué colores utiliza. El libro El monstruo de colores, de la ilustradora española Ana Llenas, es una de las tantas publicaciones que examina con detenimiento este tema y muestra cómo los colores expresan sentimientos en los pequeños. Incluso, agrega la doctora Parra, “es una buena herramienta de trabajo para los padres, de tal manera que puedan relacionar los tonos con el estado emocional de los hijos”.
De acuerdo con la explicación de doctora, esta es una paleta sencilla para tener en cuenta:
Azul puede ser tristeza.
Negro puede ser miedo.
Amarillo puede ser felicidad.
Verde puede ser tranquilidad.
Rojo puede ser rabia.
Rosa puede ser amor.
Herramienta terapéutica
Existe una rama de la psicología y la psiquiatría que estudia los dibujos de los niños como una herramienta de proyección.
Es importante que los padres tengan claro que no se evalúa si el chico pinta bien o mal, es una prueba para conocer cómo se percibe así mismo. Esta herramienta se utiliza con niños en la primera infancia para determinar casos concretos de abuso, agresión, violencia, depresión, chicos agresivos, entre otras circunstancias, explica el doctor Lara.
Acudir al especialista
Cuando los dibujos de los niños son caóticos, tienen figuras descomunales o muy pequeñas, son repetitivos y no salen de copiar ideas de películas o series, son muy violentos, es necesario consultar. Como insisten los expertos, hay que mirar el dibujo del niño y su contexto, qué le está pasando alrededor y determinar si lo que está plasmando obedece a una situación emocional que lo afecta.
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