La autora asistió a estrenos y ensayos de obras de teatro que se presentan en Bogotá, seleccionó sus favoritas e hizo una breve reseña de cada una.
in duda, lo que más me hizo falta durante los largos meses de aislamiento obligatorio fue ir al teatro. Una vez vi una obra por Internet, pero no me gustó. Y no fue por su contenido, fue porque extrañé tomarme una copa de vino en la cafetería antes de la función, charlar con el jefe de sala, prepararme mientras hacen los tres llamados, poner el celular en silencio, buscar una silla en primera fila y todo el ritual que implica presenciar una función única. Porque ninguna es igual a otra y su magia radica en que se desarrolla en tiempo y espacio real. La presencia escénica de los actores metidos en sus personajes es aquí y ahora. Ni las boletas físicas, ni leer la reseña impresa sobre papel antes de entrar, ni los aplausos. Nada de eso se puede vivir desde un computador.
El pasado 26 de marzo volví a encontrarme con el teatro. Fui al espectáculo Chavela, por siempre Vargas, en el Movistar Arena, y lloré. Antes de que empezara se me aguaron los ojos de la emoción y sentí un renacer pese a la cantidad de puestos desperdiciados por el distanciamiento. Me aterra que los aviones estén llenos de gente y espacios como el Colón no. Pero hay teatro, y mientras lo tengamos disfrutemos este privilegio. Siempre lo he amado, pero ahora, en tiempos de pandemia, lo apoyo y lo quiero más. A usted, querido lector, lo invito a volver y le cuento cuáles son mis obras favoritas que se presentan en Bogotá durante estos días.
Fin
Los cimientos del teatro colombiano los enraizó el grupo La Candelaria. Su fundador, Santiago García, fue el arquitecto, y su legado ha marcado generaciones de dramaturgos y actores. Las compañías que trabajan en la actualidad son hijas de ese teatro, y qué mejor espacio que esta Grecia bogotana para darle lugar a Fin, una historia que comienza en la matriz y que se desarrolla en torno al vínculo materno. Este monólogo, escrito y dirigido por Johan Velandia, e interpretado a manera de auto ficción por Diana Belmonte, es un melodrama que comienza con canciones de Pastor López y otras clásicas populares de la temporada decembrina. Durante 65 minutos Belmonte le da vida a un universo entero que corresponde a varios personajes y situaciones. En una montaña rusa de emociones que suben y bajan en segundos: canta, llora, ríe, se desespera, manifiesta el último capítulo de una vida que se ha alargado en cinco clínicas por más de seis años, explora los lugares oníricos que se construyen en una enfermedad y describe la existencia en un caso de estado de coma. Conmovedora a morir, sacude a fondo la memoria emotiva del espectador con una actuación merecedora de todos los aplausos.
Temporada: Hasta el 1 de agosto.
Funciones: Jueves a sábado 7:30 p.m. Domingo 6:00 p.m.
Boletas: 320 3712467.
Dirección: Teatro La Candelaria. Calle 12 No. 2-59.
Instagram: @teatrolacandelaria.
Desmontando a Shakespeare
A todos nos cae bien una terapia de risa y, en esta obra, la Compañía trágica de payasos se encarga de mantener al público a carcajadas ininterrumpidas durante 90 minutos. Este grupo de actores, dirigido por Jorge Mario Escobar y Milton Lopezarrubla, interpreta un texto que el argentino Hernán Gené escribió para clown. El elenco alterno, conformado por Jenny Lara, Viviana Bernal, Juan Diego Marín, Felipe Garay y Juliana Ortiz, le da vida a una historia de cuatro payasos que empezaron a trabajar como artistas callejeros y que finalmente tienen la oportunidad de mostrar su talento en un teatro. Su reto consiste en convencer al dueño del espacio de que los deje presentar varias funciones y, para darle caché al asunto, eligen un tríptico con versiones resumidas de Otelo, Romeo y Julieta y Hamlet. Abordan los clásicos de William Shakespeare desde el lenguaje del payaso, demuestran todo su histrionismo y aluden a la realidad que enfrentan los grupos independientes que se dedican a las artes escénicas.
Temporada: Hasta el 7 de agosto.
Funciones: Miércoles a sábado 7:00 p.m.
Boletas: 6421447 o por mensaje directo en las redes del teatro.
Dirección: Teatro Petra. Carrera 15 bis No. 39-39.
Instagram: @teatropetra.
Historia de una oveja
Hace un par de años, Fabio Rubiano vio en alguna de las redes sociales un video de una oveja en Transmilenio. El suceso lo hizo pensar que los animales también forman parte del proceso de desplazamiento porque las familias, obligadas a salir de sus territorios rurales, llevan sus bienes más preciados. La imagen, bastante pintoresca, impulsó a Rubiano a escribir esta obra producida por el Teatro Petra y el Teatro Colón de Bogotá. Esta puesta en escena, que homogeneiza drama y comedia negra, cuenta en 75 minutos la historia de un viaje de nueve años que tuvo que emprender la oveja Berené (Marcela Valencia) junto a un egipcio (Julián Román) y una campesina (Juanita Cetina). El flagelo de estos “migrantes internos espontáneos”, como alguna vez llamó José Obdulio Gaviria a los desplazados, lleva la sombra de una amenaza permanente que sentimos todos los que habitamos este país. La figura, interpretada por la actriz Derly Neira, puede tener todas las lecturas que quiera el espectador: temor, peligro, miedo o incluso la muerte. Acudiendo a elementos coyunturales del diario vivir, la realidad nacional genera una conexión inmediata con el público, que desde la butaca percibe la estampida de la guerra que deja a los habitantes del municipio del Santo José con tierra en los ojos y con la necesidad de buscar un nuevo rumbo.
Temporada: Hasta el 31 de julio en el Teatro Colón y desde el 11 de agosto en Teatro Petra.
Funciones: Jueves, viernes y domingo 7:30 p.m.
Boletas: https://tuboleta.com/eventos/detalle/historia-de-una-oveja-/1716372135
Dirección: Calle 10 No. 5-32.
Olvido
En el marco del programa Mirada paralela 2021: Homenaje a Agatha Christie, que presenta La Fundación Maldita Vanidad Teatro, el director e intérprete Jimmy Rangel fue invitado para mostrar junto con su equipo el resultado de una investigación sobre el misterio aplicada al teatro físico. Acompañado de la bailarina Melissa Álvarez y la composición musical de Juan Cataño, que mezcla sonidos de la naturaleza con temas inspirados en las películas de Alfred Hitchcock, se desarrolla una historia cargada de una tensión continua que invade las sensaciones del espectador. La intriga sobre un asesinato, intensificada con los trucos que trae Rangel desde su formación circense, sucede durante una hora dentro de una caja cubierta de plástico. Como una gran mascarilla, que soluciona la falta de tapabocas en los protagonistas del escenario, genera confianza en el público, que a su vez se comporta como un voyerista que va a presenciar eventos que no suceden en la vida real. Finalmente, ese es el propósito del teatro: sacarnos de nuestra cotidianidad para viajar a conocer universos sin necesidad de pisar un aeropuerto ni pagar un pasaje con millas.
Temporada: Del 5 al 14 de agosto.
Funciones: Jueves a sábado 8:00 p.m. Domingos 6:30 p.m.
Boletas: 315 6336006 o 9277092.
Dirección: La Maldita Vanidad Teatro. Carrera 19 No. 45 A-17.
Instagram: @lamalditavanidad.
Dejar un comentario