El bloqueador debe ser un producto de uso diario, pues previene las quemaduras del sol y evita el envejecimiento prematuro de la piel.
Es un error pensar que solo debemos protegernos de los rayos del sol cuando vamos a tierra caliente. La protección debe ser diaria, incluso si estamos donde aparentemente hay poco sol, como Bogotá y otras ciudades altas. Las razones por las que envejecemos incluyen factores ambientales como la radiación solar. El sol emite varios tipos de radiación, pero la que afecta la piel es la ultravioleta, los rayos UVA (rayos de onda larga, que provocan envejecimiento y pueden causar cáncer en la piel), UVB (rayos de onda corta, que provocan el bronceado) y rayos infrarrojos.
Todos los días recibimos una dosis alta de radiación solar, incluso si no estamos largos periodos de tiempo expuestos directamente al sol. Por esta razón se recomienda aplicar bloqueador tres veces al día: en la mañana, a mediodía y en la tarde.
Para Astrid Lorena Ruiz, dermatóloga adscrita a Colsanitas, el protector solar es el mejor antiedad, porque tiene propiedades que ayudan a protegernos de la radiación ultravioleta, la luz visible, los infrarrojos y sus efectos dañinos (arrugas, deshidratación, manchas).
El mercado ofrece cosméticos que tienen antioxidantes o vitaminas que ayudan a la piel, pero más importante que usar estas cremas es evitar la radiación del sol: “Las cremas y cosméticos anti edad no sobran porque tienen muchos beneficios, pero si una persona tiene que escoger, el mejor anti edad que existe es el uso frecuente y diario del protector solar”, enfatiza Ruiz.
Hay protectores solares a los que se les han adicionado sustancias como fotoliasa, que protege aún más del cáncer de piel. Estos son ideales para personas que han sido operadas o diagnosticadas con este tipo de cáncer. Otros antisolares incluyen glabridina, sustancia despigmentante que ayuda a eliminar manchas en la piel.
¿Cómo elegir el bloqueador?
Lo más recomendable es que cualquier protector sea recetado por el dermatólogo, pues cada piel es diferente. Con mayor razón cuando exista acné, vitiligo, dermatitis o manchas. Si una persona tiene piel grasa o con tendencia al acné debe evitar los protectores en crema y usar en gel, loción o emulsión, para no exacerbar la apariencia grasa del rostro.
Es muy importante tener en cuenta el factor de protección, identificado con las siglas FPS. Cuanto más alto es el FPS, mayor es la protección contra los rayos solares. Pongamos por caso: un SPF 15 absorbe 93,3 % de los rayos UVB; un SPF 30 absorbe 96,7 %; un SPF 50 absorbe 98 %, y un SPF 100 absorbe 98,7 % de los UVB.
La dermatóloga Ruiz recomienda un protector FPS 30 en ciudades como Bogotá, donde los rayos solares inciden más directamente, y para actividades como ir al trabajo o hacer las compras, sin mayores actividades al aire libre. Pero si una persona se va a exponer al sol para hacer deporte, ir de paseo o visitar una ciudad de tierra caliente, necesita un FPS que garantice más protección.
Otra característica que se debe tener en cuenta es el filtro solar, que puede ser de dos tipos: químicos o físicos. Los primeros absorben la radiación ultravioleta, y los segundos contienen partículas que actúan como reflectores o pantallas que no dejan pasar los rayos solares. La mayoría de los bloqueadores que se ofrecen en el mercado mezclan ambos filtros.
Los filtros químicos funcionan mejor desde el punto de vista cosmético, pues no dejan la piel con parches blancos. Pero en algunas personas de piel sensible pueden producir alergias. Los filtros físicos son menos alergénicos para la piel.
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