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Bienestar Colsanitas

Cuándo termina la pandemia

El final de la pandemia por Covid-19 parece cada vez más cerca. Sin embargo, los escenarios para hablar de esta posibilidad son múltiples. Acá repasamos tres de ellos.

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Durante las últimas semanas, en el mundo se ha comenzado a discutir la posibilidad del fin de la pandemia gracias al avance de la vacunación. Casi por primera vez en dos años volvimos a escuchar la palabra “endemia”, y cómo la enfermedad ocasionada por el SARS-CoV-2 en poco tiempo podría llegar a ser catalogada como endemia. 

Sin duda, el paso de pandemia a endemia sucederá tarde o temprano. Poco a poco el Covid-19 entrará en la lista de aquellas enfermedades a las cuales debemos prestarles atención, pero cuya capacidad de paralizar la vida a nivel global ha sido mermada, como sucedió con la malaria, el sarampión o la viruela. 

Bajo la luz de este panorama, mientras el mundo se pregunta cuánto o qué hace falta para que termine la pandemia, nosotros podemos hacernos otra pregunta que va más allá: ¿a qué escenarios nos enfrentamos al hablar del fin de la pandemia?

El escenario ideal

El doctor Juan Bravo Ojeda, médico internista e infectólogo de Colsanitas, señala que el término endemia implica que en nuestra relación con la enfermedad o el virus hemos llegado a una etapa en la que se dan tres condiciones distintas. La primera es que sabemos qué pacientes están mayormente expuestos a presentar efectos graves y complicaciones debido a la enfermedad. La segunda es que hemos desarrollado herramientas y estrategias para hacerle un contrapeso a la enfermedad, por ejemplo, las vacunas. Y la tercera, hemos desarrollado opciones de diagnóstico y tratamiento para abordar de manera temprana a los pacientes vulnerables y, en consecuencia, brindarles opciones efectivas a la hora de contrarrestar las consecuencias más graves para su salud. 

En el caso del SARS-CoV-2, la vacunación tal vez sea la condición más importante para dar el paso hacia la endemia, en la medida en que es un factor fundamental para desarrollar las otras dos condiciones. Las vacunas disminuyen el riesgo de complicaciones para la salud debido a que permiten un diagnóstico y un tratamiento oportuno, y, en ese orden, permiten enfocar esfuerzos de atención en las poblaciones más vulnerables a tales complicaciones. 

De ahí que algunos países europeos, en los cuales la tasa de cobertura de vacunación es superior al 75 % (como Portugal, España y Francia), el control sobre los efectos perjudiciales de la enfermedad está llegando a un punto cercano al de la endemicidad. De mantenerse esa dinámica, en estos países el virus podría pasar a ser endémico mientras en el resto del mundo seguiríamos hablando de una pandemia. No obstante, es claro que para dictaminar el fin oficial de la pandemia por Covid 19 es necesario que la endemicidad se generalice no solamente en un continente, sino en casi la totalidad del planeta. 

ENDEMIA CUERPOTEXTO

El escenario de la inmunidad de rebaño

Algunos expertos aseguran que el comportamiento del SARS-CoV-2 es distinto al de virus como SARS (2003) o ébola (2014), cuya circulación logró detenerse mediante medidas de salud pública. Así las cosas, las probabilidades de que el Covid 19 desaparezca por completo son mínimas. De ahí que hablemos justamente de un virus endémico. La importancia de tener esto presente radica en que debemos hacernos a la idea de que el SARS-CoV-2 seguirá viviendo con nosotros durante un tiempo indefinido, por lo cual deberemos aprender a vivir con él sin subestimarlo. Pensemos que la malaria hoy es una enfermedad endémica y, aun así, causa alrededor de 600.000 muertes al año. 

Una de las primeras señas de tal subestimación es confiar en que el 60 o 70 % de la población vacunada basta para construir la famosa inmunidad de rebaño. “Al hablar de inmunidad de rebaño hablamos de la protección de unos pocos a partir de un grupo más amplio. Pero para esta enfermedad, es importante que la mayoría o la totalidad de la población esté inmunizada, porque esos pocos que no estén protegidos quedarán muy expuestos al contagio y a las complicaciones de salud, más con variantes como Ómicron”, dice el doctor Bravo. 

La inmunidad de rebaño puede ayudar a frenar la pandemia, pero no debería ser la única apuesta para conseguirlo. En la medida en que haya personas que no estén protegidas por inmunidad propia, dos de las tres condiciones para llegar al estatus de endemicidad podrían no cumplirse. Y esta lógica apunta a nivel nacional y a nivel global: creer que la inmunidad de rebaño terminará la pandemia en un país es igual a creer que la terminará a nivel global. Durante los últimos meses hemos visto cómo los bajos índices de vacunación en algunas regiones del mundo no solo aumentan los niveles de contagio, sino la probabilidad de aparición de nuevas variantes del virus. 

El escenario de las variantes

Durante el último año nos ha quedado claro que el virus no se hace más leve. Al contrario, muta con frecuencia para no ser sometido por los anticuerpos que hemos generado mediante infección directa o mediante vacunación. Y es precisamente este punto el que configura otro posible escenario: las variantes son un factor adicional que puede condicionar que el virus entre en la categoría de endémico o siga siendo pandémico.

El doctor Bravo señala que “si se mantiene la variante Ómicron, que nos genera una alta tasa de contagio y una menor categoría de complicación, quizás podamos llegar a esa condición de endemicidad relativamente pronto. Pero si llegara a aparecer una variante nueva que tenga una mayor capacidad de contagio y una menor tasa de respuesta inmunológica frente a la vacuna se frenaría el paso a la categoría de endemia”. 

El tema de las variantes es tan complejo que, incluso, yendo un poco más lejos, un escenario de endemicidad podría revertirse con la aparición de una variante que anule la respuesta de nuestro sistema inmunológico. Esto quiere decir que incluso en el caso de que se decrete el fin de la pandemia, podríamos volver a ella si el virus muta de tal manera que la efectividad de la inmunidad por vacunas o por infección se ve superada. 

En últimas, eso fue lo que hizo el SARS-CoV-2 con la familia de los coronavirus. La aparición de cada uno de los virus de este grupo había sido controlada hasta que la mutación identificada por primera vez en Wuhan, China, nos llevó al camino que hoy transitamos. 

Por ahora nos queda la enseñanza de los escenarios últimos de otras enfermedades que en algún momento tuvieron el estatus de pandemia. La viruela, el sarampión, la malaria tuvieron picos en algún momento de la historia y, luego de haber sido controladas, entraron en el estatus de endemia. Hoy convivimos con ellas. Pero todas tuvieron un curso en el que nadie sabía qué estaba pasando (como sucedió con el SARS-CoV-2); luego identificamos la población más vulnerable ante sus consecuencias en la salud (como sucedió con el SARS-CoV-2); y finalmente generamos estrategias de prevención y tratamiento para disminuir su propagación y contrarrestar sus efectos más nocivos. Justamente como estamos haciendo con el SARS-CoV-2.

 

*Periodista colombiano, colaborador frecuente de Bienestar Colsanitas.

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Brian Lara

Periodista. Colaborador frecuente de Bienestar Colsanitas y de Bacánika.