Una de las profesoras de yoga más mediáticas de la actualidad explica cuáles son los beneficios de esta práctica, cómo identificarnos con el tipo de yoga que más se adapta a nuestro ser y por qué el yoga es también una práctica espiritual.
Xuan Lan ha estado buscando siempre su bienestar, sabiendo que no lo va a encontrar en una receta, en un libro con un índice muy detallado o en los consejos de sus amigas o los seres que ama. Reconoce que el bienestar debe ser un autoconcepto que se toma un tiempo en aparecer y que no necesariamente lo que funciona en ella va a funcionar en los demás y viceversa. “Nos dejamos influenciar mucho y queremos probarlo todo, pero lo primero que hay que hacer es escucharnos e identificar los factores que nos causan bienestar y malestar para tener certezas”, afirma la profesora.
En esa búsqueda por la tranquilidad y la paz, Xuan Lan empezó a hacer yoga hace 20 años y 10 años después renunció a su trabajo en el mundo corporativo para dedicarse a la enseñanza del yoga. Tuvo a sus compañeros de oficina como sus primeros alumnos y fueron ellos quienes la motivaron a tomárselo como algo más serio. Después de dar clases particulares por toda Barcelona y de ofrecer algunas sesiones en academias, Xuan Lan logró consolidar su plataforma de clases online y durante el confinamiento de la pandemia del coronavirus sus videos tuvieron una gran acogida en todo el mundo.
“Como muchos tenían tiempo libre entonces empezaron a hacer lo que siempre habían aplazado: cocinar, bailar, leer, hacer yoga. Las excusas parecían desaparecer, nos aquietamos en casa y el yoga ayudó a mucha gente tanto en su bienestar físico y mental”, explica. Para ella el yoga es una disciplina holística, un camino espiritual con valores, técnicas y herramientas que pueden ayudar a cualquiera que esté en busca de mejorar su vida.
Por lo general las personas que llegan a esta disciplina tienen una intención, “hay quienes llegan porque tienen una lesión física que les impide hacer deporte, otras porque presentan ansiedad o no duermen bien, incluso hay quienes lo escogen como una puerta de entrada a la meditación”, afirma la profesora. Y el autoconocimiento juega un papel preponderante a la hora de elegir el tipo de yoga que se adapta mejor a cada persona. Según la experta, lo primero que se debe identificar es la preferencia por el yoga pasivo o dinámico.
Yoga pasivo
- Yin yoga: no exige tanto movimiento pero sí resistencia, pues se mantiene una posición casi por cinco minutos y utiliza algunos soportes para alcanzar la postura. Se recomienda para personas que necesitan estirar y soltar el control.
- Yoga restaurativo: busca sobre todo tranquilizar la mente y relajar los músculos. Usa soportes como cojines para echarse sobre ellos y relajar los hombros y el cuello. No es muy visual por eso no se ve tanto en redes sociales.
- Yoga terapéutico: la persona debe hacer hasta ocho respiraciones en cada postura. Es más técnico y profundo, motiva a conocer mejor el cuerpo.
Estos tipos de yoga son técnicamente exigentes pero no físicamente exigentes.
Yoga dinámico
En estos tipos de yoga se enlaza una postura con una transición, como una pequeña coreografía. Aquí encontramos el Vinyasa, en el que hay que coordinar muy bien la respiración con los movimientos, el Jivamukti, el Dharma yoga, el Ashtanga y también entran los métodos más americanizados como el Power yoga, el rocket yoga, entre muchos otros, que son más acrobáticos.
Para cualquiera que sea la técnica escogida es necesario tener clara la regla básica para conseguir resultados con el yoga: tener constancia y motivación. Si solo se trata de probar no se verán resultados y “ser conscientes de que la constancia requiere un pequeño esfuerzo”, explica Xuan Lan.
La atención plena: componente esencial del yoga
El concepto atención plena permea varias disciplinas, terapias y prácticas de bienestar y es uno de los elementos que atraviesa la práctica del yoga. Xuan Lan explica por qué es tan importante fijar nuestra atención en el presente, evitando los distractores: “la atención plena modera la ansiedad. Una persona ansiosa está pensando siempre en lo que va a pasar, tiene miedo. En cambio, si la persona fija su atención en lo que está viviendo en el momento no se hace películas. No quiere decir que una persona que vive el presente no planifique o programe su futuro, simplemente no está pensando en el peor panorama”. La atención plena nos permite, además, disfrutar más la vida pues cada acción, tarea o actividad se desarrolla sin dispersiones, lo que nos hace más eficientes y con más tiempo para emplearlo en lo que ya sabemos que nos hace bien.
Dentro de este trabajo por mejorar la atención plena, Xuan Lan recalca la importancia de desconectarse de las redes sociales. En su caso las usa como medio de difusión de sus clases y su conocimiento y trata de no pasar mucho tiempo mirándolas (además cuenta con un equipo que le ayuda a manejarlas). “Al llegar a un sitio que te gusta y quieres conservarlo en una foto, entonces toma un par de fotos al llegar y guarda el celular. Disfruta el paisaje, los olores, el frío que hace; el celular no te va dar esto”, finaliza.
Todas sus recomendaciones y guías para iniciarse en esta disciplina se pueden encontrar en los libros de Xuan Lan: Mi diario de yoga y Yoga para mi bienestar.
*Periodista y editora de la revista Bienestar Colsanitas.
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