Una epidemia puede despertar temor o escepticismo. Por eso es importante saber qué es, qué la hace peligrosa, cómo se propaga y por qué es tan difícil controlarla
n 2009 fue la epidemia de la gripe AH1N1. En 2015, la epidemia del virus del zika. En los primeros meses de 2020, la epidemia del coronavirus. Y esto solo al recordar los últimos diez años. Lo cierto es que cada cierto tiempo, en los medios de comunicación y en toda conversación casual el término “epidemia” comienza a circular con regularidad sospechosa. Pero ¿sabemos realmente qué es y cómo funciona una epidemia?
Qué es
“Una epidemia es el aumento inusitado del número de casos de pacientes infectados por un agente biológico”, explica el doctor Carlos Álvarez, infectólogo y vicepresidente de Salud de Clínica Colsanitas.
Esto significa que para hablar de una epidemia hace falta que los pacientes contagiados no sean casos aislados; no basta con tres o cuatro infectados: deben ser decenas que se van multiplicando rápidamente para hablar de una epidemia. Y también que debe haber condiciones favorables a la propagación de dicho agente biológico.
Epidemia, pandemia y endemia
Podemos hablar de epidemia cuando el aumento de los casos de contagio está concentrado en un área geográfica específica: una zona, un país, una ciudad. Si la infección llega a otros países en otros continentes la epidemia pasa a ser una pandemia. Y cuando la epidemia se controla por acción humana o se detiene porque el agente no encuentra otro organismo en el cual vivir, baja en la curva epidémica y pasa a ser una infección endémica, como la varicela o la malaria.
Factores que median en la aparición de una epidemia
1. El receptor. El contagio depende en gran medida de nuestro sistema inmunológico. Si tenemos, como suelen decir las abuelas, las defensas bajas hay mayor probabilidad de resultar infectados y también enfermos.
2. El ambiente. En la mitad entre el agente biológico y el receptor está el entorno, que puede ser propicio o no para la propagación de la infección. El clima y las condiciones de salubridad son determinantes en este tema. Piense que durante la temporada de lluvia la gente está encerrada mucho más tiempo y comparte espacios estrechos con otras personas, sin abrir una sola ventana y sin dejar circular el aire para no sentir tan fuerte el frío. O que epidemias como la peste negra en la Europa del siglo XIV tuvo como uno de sus causantes las pésimas condiciones sanitarias de las ciudades. En otras palabras, los agentes biológicos se propagan en factores ambientales particulares.
3. El agente biológico. En la categoría de agente biológico entran las bacterias, los parásitos, los hongos y los virus, que son los que comúnmente asociamos con las epidemias. Fueron virus los causantes de las epidemias de AH1N1, zika y en la actualidad, coronavirus. En la epidemia que sufrió España durante el siglo XIX, el agente biológico fue una bacteria, la que produce el cólera.
"Una sola persona puede transmitir la gripa común a otras doce".
El contagio
El microorganismo puede transmitirse a través de contacto directo, por gotas o por aire. En el primer caso, la infección se da por manifestaciones como un apretón de manos o un beso; en el segundo, porque la persona infectada tose o estornuda y las partículas de saliva alcanzan al receptor; en el tercero, el agente biológico se desplaza en el aire y entra en el sistema respiratorio del receptor. Estas tres formas de transmisión implican tres tipos de distancia diferente entre el transmisor y el receptor; por eso las precauciones siempre son usar tapabocas, lavarse las manos con frecuencia y mantener distancia prudente.
Los microorganismos tienen capacidades propias para hacer daño. El doctor Álvarez los equipara con perros: un pequinés no muerde igual de fuerte que un pitbull.
Los microorganismos tienen alcances diversos al multiplicarse. A este índice se le conoce como el R0, que responde a la pregunta ¿a cuántas personas puede contagiar un solo individuo infectado? Por ejemplo, el R0 de la gripa común es R0=12, esto significa que una sola persona puede transmitir la infección a otras doce.
Infección vs. enfermedad
Es importante aclarar que no toda persona infectada termina enferma. Hay receptores asintomáticos, cuyo sistema inmunológico puede controlar el microorganismo y guardarlo o eliminarlo sin que la persona note algún síntoma alarmante.
Los problemas con los agentes biológicos nuevos
En el momento en el que un microorganismo afecta por primera vez a un ser humano, como sucedió con el coronavirus, las probabilidades de que muchas personas terminen infectadas son altas. Con amenazas desconocidas el sistema inmunológico no tiene protocolos de defensa y, por tanto, todos somos susceptibles al contagio. Sucede que con el tiempo el agente biológico contagia a tantas personas que ya no tiene para donde más crecer y el pico de contagio decrece. A esto se le conoce como curva epidémica: llega un punto en el que ya no hay personas nuevas para contagiar. Entonces el agente biológico muta, el sistema inmunológico encuentra una forma de responder o la comunidad científica desarrolla una vacuna. Y las alarmas se apagan.
Las dificultades de tratar una epidemia
• Los síntomas de un contagio pueden presentarse desde el día siete, pero la persona puede contagiar desde el día dos; esto quiere decir que durante cinco días no es consciente de que tiene una infección, no toma precauciones y termina contagiando a quien se le atraviese en el camino.
• Estudiar un agente biológico, encontrar una vacuna y distribuirla puede tardar un año.
• Ningún país está preparado para tratar una epidemia debido a asuntos logísticos: no hay espacio ni personal suficiente para atender un incremento súbito de pacientes en ningún sistema de salud. De ahí que en China tuvieran que construir un hospital nuevo en cuestión de días para hacer frente al coronavirus.
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