Lo bueno y lo malo de los Emmy 2020

Un periodista que ha visto mucha televisión —y que le encanta hablar de ella— hizo sus predicciones para los premios Emmy 2020.

ecuerdan cuando los Oscar tenían importancia? Ahora esa expectativa se ha trasladado a la televisión. Con una cosecha de obras maestras que salen con una frecuencia asombrosa, las plataformas y algunos canales abiertos se disputan a sus suscriptores teniendo una premisa ya olvidada en Hollywood: la calidad. Por eso, desde el 2011, cuando Mad Men, Breaking Bad y Juego de Tronos se pelearon el trofeo, los Emmy son esperados con ansias en todo el mundo, así en Estados Unidos la audiencia haya caído un 32 % en el último año.

Las 16 series nominadas este año a mejor comedia y mejor drama, al igual que las cinco miniseries escogidas, tienen una calidad inobjetable. Sin embargo, en los años dorados de la televisión, ocho series por categoría nos parecen muy pocas, y siempre vamos a protestar porque alguna de nuestras historias favoritas no esté entre las elegidas.

Por eso, con las ventajas de esta tribuna, procederemos a analizar, pronosticar y criticar las categorías más importantes de esta premiación.

Mejor drama

Netflix manda en las nominaciones y de qué manera: cuatro de sus producciones —la magnífica tercera temporada de Stranger Things, la inquietante Ozark, la cada vez más perfecta Better Call Saul y el monumental tercer acto de The Crown— se estrellarán contra el acorazado con el que HBO quiere seguir dominando en los Emmy. Desde la primera temporada Succession se ha mostrado como el producto con el que el canal quería marcar tendencia en los años veinte del siglo XXI. La segunda temporada no nos dejó duda de que su potencial es enorme, el de un clásico absoluto. Y si al maestro Jesse Armstrong no se le acaba la inspiración, estamos ante una de las grandes series de todos los tiempos. Por otro lado, la revelación de este año fue The Mandalorian, la gran apuesta de Disney y un negocio redondo: ¿cuántos Baby Yoda de peluche se han vendido en el mundo?

El gran descalabro fue el de Amazon, pues ninguno de sus dramas fue nominado. Hunters, su serie estrella, pasó desapercibida. Hicieron cientos de miles de suscriptores con ella, pero la estrafalaria historia de cazadores de nazis no convenció a la crítica. Así que en esta categoría mis predicciones son:

Ganará: Succession

Merece ganarla: Succession

Grandes ausentes: Euphoria (increíble su omisión), The Morning Show (Apple merecía una sola nominación) y, por sobre todas las cosas, The Good Fight, lo mejor que se está haciendo en ese nuevo género norteamericano: el antitrumpismo.

No debieron nominarla: así suene políticamente incorrecto, me parece que Killing Eve está completamente sobreestimada.

Mejor comedia

Sí, se fue Veep, pero este fue el año en el que Larry David volvió con todo su pesimismo en la décima temporada de Curb Your Enthusiasm y en el que Taika Waititi consolidó esa maravilla que es Lo que hacemos en las sombras. Además, en esta categoría Netflix también manda con tres series, The Good Place, El método Kominsky y Dead to Me.

HBO le va a la saga con dos: Insecure y Curb Your Enthusiasm. Amazon —por fin— tiene una nominada en la categoría, La señora Maisel. FX también tiene una: Lo que hacemos en las sombras, así como CBS con Schitts Creek.

Ahora bien, las dos grandes series del año, de lejos, fueron Insecure, la contundente autobiografía de Issa Rae, y The Good Place, uno de los más hermosos ensayos filosóficos sobre la pregunta más difícil que puede responder el ser humano: ¿qué existe después de la muerte? Con eso claro, hay una que no tiene ninguna opción, pero que para mí es irresistible: El método Kominsky. Así que estos son los pronósticos:

Ganará: Lo que hacemos en las sombras

Merece ganarla: The Good Place

Grandes ausentes: The Great: ¿no es un pastel delicioso la vida de Catalina la Grande, versión Hulu, y con la emperatriz encarnada por Elle Fanning? También Ramy.

No debieron nominarla: Schitts Creek, divertida, pero insignificante.

Las miniseries, la gran injusticia de los Emmy

Creo que este es el gran formato televisivo y la mejor forma de tener la seguridad de que se va a contar una historia con los tiempos medidos, sin necesidad de la alargada abusiva, ni el culebrón que vive artificial y miserablemente del rating. En las miniseries no hay concesiones. Y sí, claro que fue un gran año para ellas. No obstante, es una vergüenza que la corrección política haya importado más que las cualidades estéticas a la hora de hacer las nominaciones a los premios Emmy.

 Hay tres miniseries que no fueron nominadas de manera infame y que son mucho mejores que Poco ortodoxa —la muy comentada Unorthodox— o Unbelievable. Se trata de Devs, La conjura contra América y, sobre todo, I Know This Much Is True.

En ellas están resumidas todas las virtudes de la nueva televisión. Devs es el sueño de un genio de la tecnología que quiere crear una especie de Aleph donde cabe todo el universo, solo para poder revivir a su pequeña hija. La conjura contra América tiene el sello de David Simon y toda la carga cultural de Philip Roth, y su premisa es devastadora: ¿cómo sería el mundo si el pronazi Charles Lindbergh le hubiera ganado las elecciones a Roosevelt en 1940? Una metáfora de Estados Unidos en la era Trump. Por último, pero no menos importante, I Know This Much is True es lo mejor que se hizo en 2020. El provocador cineasta francés Robert Bresson decía que a él no le gustaban los actores norteamericanos porque eran tan buenos que no dejaban ver las películas; pues bien, Bresson detestaría a Mark Ruffalo: uno alcanza a ver el enorme esfuerzo físico que le representó interpretar a los gemelos Dominic y Thomas Birdsey, engordó y luego adelgazó con una precisión y una exhuberancia que solo le habíamos visto a Robert de Niro en Toro salvaje. Eso sin contar con que la narración de la historia del diabólico abuelo italiano de los Birdsey, presente en los dos últimos capítulos, se iguala en calidad a la que hace Coppola de la vida de Vito Corleone en El padrino 2. Acá van los pronósticos:

Ganará: Watchmen (la corrección política ante todo)

Debería ganar: Mrs. América. Inspiradísima historia del movimiento feminista de principios de los setenta con una imperial Cate Blanchet.

Ausentes: Las tres mejores del año, nada menos: Devs, I Know This Much is True y La conjura contra América.

No debieron nominarla: Poco ortodoxa, ni Unbelievable. Son obras convencionales, aburridas y aleccionadoras, como tantas que aparecen a la sombra de otras más potentes cuando un género o formato está en alza.