La correcta alimentación del bebé es fundamental para su desarrollo. Aún cuando no se debe satanizar un tipo de leche u otro, es importante conocer su composición para tomar la mejor decisión.
esde los 0 a los 6 meses, la recomendación es que los bebés se alimenten exclusivamente de leche materna sin incluir ningún otro tipo de líquidos y sólidos. A esto se le conoce como lactancia exclusiva y se da a través de la leche materna producida por la madre, un alimento capaz de satisfacer todas las necesidades de nutrientes durante los primeros meses de vida y adaptable a los requerimientos del bebé en cada etapa.
Claudia Pacheco, ginecobstetra especialista en lactancia materna adscrita a Colsanitas, explica que la lactancia materna exclusiva tiene grandes beneficios, entre los que se encuentra el fortalecimiento del sistema inmune, la reducción de posibles enfermedades e infecciones, un menor riesgo de presentar cuadros alérgicos y enfermedades crónicas, entre muchos otros. Además, la lactancia materna exclusiva crea fuertes lazos afectivos y emocionales, beneficia a la madre y acelera la recuperación del postparto. Alimentar al bebé con leche materna es gratuito y se da a demanda de lo que necesite el bebé, no se requiere mayor preparación adicional que poner al bebé en el pecho.
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Sin embargo, hay circunstancias en las que la madre no puede amamantar al bebé por alguna condición o circunstancia. Entre ellas está la depresión posparto, ser VIH positivo, tener tuberculosis activa, consumo de algunos medicamentos potencialmente peligrosos para el bebé, entre otros. Para estos casos en los que la lactancia materna exclusiva no es posible, la leche de fórmula es una opción.
La leche de fórmula fue sintetizada por primera vez en 1860 y actualmente existe una gran variedad en el mercado. Sus componentes buscan imitar los que se encuentran en la leche materna con el fin de tratar de proveer los nutrientes adecuados al bebé. Sin embargo, según la FAO, la leche de fórmula no puede reproducir la complejidad de la leche materna pues aunque incluye los nutrientes conocidos que el bebé necesita, no se se ha comprobado que sean totalmente sintetizados por el organismo y además no tiene los nutrientes que aún no han sido identificados en la leche materna; en este caso, no es posible saber qué le falta al bebé que recibe leche de fórmula. Además, resulta una alternativa de alto costo para lo que ofrece. Otra desventaja de estas leches es su alto contenido de azúcares y las consecuencias a futuro en el organismo.
Un 80 % de las leches de fórmula son a base de suero de leche de vaca modificado. Otras son a base de soya, las que son altamente hidrolizadas o las que son especializadas para cierto tipo de condiciones médicas. En cualquier caso, antes de alimentar a su bebé con leche maternizada, debe consultar con un pediatra que es quién evaluará la conveniencia de usar o no la leche de fórmula.
*Periodista de Bienestar Colsanitas
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