Escribir para sanar

Un libro sobre el cáncer que muchas personas alrededor del mundo han leído, y que según el autor de la reseña, todos deberíamos leer.

A comienzos de 2021 la editorial Sexto Piso tradujo al español un libro alrededor del cáncer que todas y todos deberíamos leer. Se trata de Desmorir, de la poeta Anne Boyer. Fue publicado originalmente en inglés en 2019, y ganó el prestigioso premio Pulitzer ese mismo año. 

En él, Boyer traza una crónica descarnada y personal de su vida a partir del día en que fue diagnosticada con cáncer de mama. Es un texto extraordinario, rebelde, crítico y duro, entre otras cosas porque, aparte de hacernos partícipes del dolor de su autora, nos ofrece ventanas y reflexiones sobre los tratamientos, la dificultad que implica cargar un diagnóstico así, las sorprendentes semejanzas de nuestra medicina y sus expectativas de curación con la de las épocas antiguas, y cómo el cáncer también conlleva una metástasis que lo hace saltar a la vida social, sexual y mental de quien lo padece. 

En el apogeo de su tratamiento, el cáncer de mama está cerca de la huelga general: pelo en huelga, pestañas en huelga, cejas en huelga, piel en huelga, pensamiento en huelga, lenguaje en huelga, sentimiento en huelga, vigor en huelga, apetito en huelga, eros en huelga, maternidad en huelga, productividad en huelga, sistema inmunológico en huelga, fertilidad anulada, pechos anulados. 

La descripción del dolor, la espera, la ansiedad, el agotamiento, el desgaste ante las toneladas de consejos bienintencionados, la imposibilidad de pensar bien debido a los efectos secundarios del tratamiento y al avance de la enfermedad, no son otra cosa que un reportaje íntimo, pero universal, en tanto es la crónica que cualquiera de nosotros podría vivir ante un diagnóstico similar. 

Y sin embargo, el libro de Boyer brilla por la forma en que traza su recorrido de la enfermedad a la salud (sobrevive, valga aclararlo) a lo largo de nueve secciones, cada una compuesta por varios capítulos muy breves que aligeran enormemente la lectura. Cada parte, además, está punteada de reflexiones y análisis riquísimos sobre la medicina antigua y los sueños, la historia de los medicamentos, el análisis del lenguaje médico, descripciones de la historia del arte, la forma en que entendemos la enfermedad o la muerte, sin hablar de los numerosos pasajes cargados de ironía o las varias vistas que ofrece de la sexualidad extinta del enfermo, entre tantos temas más que dan muestra de la mirada aguda y la enorme cultura de Boyer. 

Pero cualquiera podría preguntar: ¿y todo esto para qué? ¿por qué leer semejante angustia de testimonio después de todo lo que hemos vivido con una pandemia y todo lo que cada uno ya carga a sus espaldas? No es mala pregunta, de hecho. Creo que hay dos respuestas: primero, es un texto preciosamente escrito, con un estilo ameno que se mueve entre lo poético y lo clínico, el humor y la rabia, el desamparo y la compasión. Una lectura digna del lector más exigente, mejor dicho. Y segundo, creo que aporta argumentos y experiencias valiosas para nuestro mundo, donde hay tanto sufrimiento en la televisión y poca familiaridad con el dolor ajeno en nuestras vidas privadas. 

Desmorir trata de describir y comprender el cortocircuito que la enfermedad parece jugarle a quien la padece después de su diagnóstico, y retratar la dureza del camino hacia la sanación sin mentiras ni atenuantes. Y esto con el propósito de levantar una rebelión contra una idea compleja y dura, en especial para quienes padecen las formas más agresivas del cáncer:

El cáncer es singularizado como una clase especial de sufrimiento, pero el sufrimiento por la inevitabilidad de nuestro accidente común no es valeroso. Ser hija de este accidente nunca me convirtió en miembro de una clase valerosa. Inmovilizada en la cama, decido consagrar mi vida a hacer que la respuesta socialmente aceptable a la noticia de que se te ha diagnosticado un cáncer no sea el correctivo «sé optimista»…

Leer el libro de Boyer es leer un ensayo lúcido de una superviviente (y el Epílogo, donde habla de eso que la salvó, es sublime). Es la reflexión de una enferma que prefiere hallar dignidad y belleza en la dureza de su experiencia, en mirarla a los ojos en sus ansiedades y miedos. Es un libro que resulta del esfuerzo de Boyer por tomarse la molestia de poner en palabras dolores que jamás supuso que podría sentir y superar, sufrir para seguir viviendo. Y por eso es un libro valiente, uno que tal vez, él sí, nos abra los ojos y nos sensibilice de otro modo (más humano, ojalá) ante una experiencia que también podría ser la nuestra. 

*Historiador, poeta, periodista. Su libro más reciente se titula Música para aves artificiales y fue publicado en 2022 por Valparaíso Ediciones de Granada, España.