Mientras el mundo celebra y el ambiente se llena de adornos, música y luces, algunas familias desearían borrar del calendario las fechas decembrinas, dormirse y despertar en enero. Cómo celebrar la navidad y el año nuevo cuando ha muerto alguien de la familia.
espués de la muerte de su adorada esposa, Carlos sintió que ya nada tenía sentido, que todo parecía perder su valor. Con su hijo Daniel habían decidido no celebrar la Navidad, y simplemente esperar que diciembre pasara lo más rápido posible. Pero con ayuda de su terapeuta, a pesar de las lágrimas que rodaban por sus mejillas, papá e hijo lograron vestir el árbol con todos los adornos que años atrás Sandra, la esposa de Carlos y la mamá de Daniel, había comprado con mucho amor.
Así como en el caso de Carlos, a muchas otras personas que han tenido en el año la pérdida de un ser querido estas fechas les producen mucho dolor, y no saben cómo vivirlas. Hace un año Carolina vivió su primera Navidad sin su pequeño hijo. Samy, como le dice su mamá, partió hace un año y medio, y la primera reacción de ella durante estas fechas fue planear un viaje para escapar del dolor. Quería desaparecer y no tener que enfrentarse a la realidad.
“En estas fechas, las personas que se encuentran en un proceso de duelo se sienten todavía más tristes, saturadas, sin fuerzas para decorar la casa, comprar regalos, pero a la vez su entorno presiona para que lo hagan”, manifiesta Mery Luz Bernal Izquierdo, psicóloga de duelo de la Fundación Vida por Amor a Ellos. “Algunas personas deciden hacer un viaje a un lugar donde nadie las conozca, otras optan por intentar ahorrarse el sufrimiento evitando compartir, actúan como si no hubiera ocurrido nada, desvían la mirada del lugar que ocupaba el fallecido en la mesa de Navidad”, agrega.
No existe una forma mejor ni peor de vivir las fiestas navideñas cuando se está en duelo. Cada familia debe encontrar una manera de organizarlas que haga sentir bien a todos sus miembros”.
Estas son reacciones comprensibles, debido a que el dolor es tan intenso que se intenta evitarlo a toda costa. A veces no hay lugar para la expresión del dolor; es como si hubiera un pacto implícito según el cual nadie está autorizado a manifestar públicamente sus emociones. Otras formas de tratar de evitar estas fechas, y que no van a ayudar en absoluto, son el consumo excesivo de alcohol (el tradicional “beber para olvidar”), la ingesta desmesurada de comida y las compras compulsivas. O el propio viaje. Ocultar el dolor, buscar la paz en el consumo y la evasión, retrasa la sana elaboración del duelo. Porque tarde o temprano se deberá afrontar la Navidad sin ese ser querido, y entonces habrá un dolor acumulado. Como lo indica Bernal, “Podemos posponer el dolor, pero no evitarlo”.
“Ver llegar estas fechas causaba incertidumbre sobre cómo nos iríamos a sentir”, comenta Jaqueline, quien tuvo que vivir la partida de su esposo hace dos años y medio. “Para nuestra preparación, asistí con mi hijo al seminario Cómo conmemorar la Navidad sin ellos, donde encontramos muchas herramientas que nos permitieron, a pesar del dolor en el alma, la tristeza y la soledad que sentíamos por su ausencia, retomar nuestras costumbres navideñas como siempre lo habían sido, decorar nuestro apartamento y hacer las novenas en familia para fortalecer nuestra unión. Con mi hijo tomamos la decisión de donar juguetes a una fundación de niños de escasos recursos. Así lo hicimos en memoria de él”, comenta Jaqueline.
Reinventar la navidad
Para la psicóloga Mery Luz Bernal Izquierdo, hay que buscar distintas formas para que las familias se enfrenten a la nueva realidad. Tendrán que hacer esfuerzos de afrontamiento activo sobre la persona que ya no está pero que sigue presente en el corazón de todos.
“La sugerencia es la de reinventar la Navidad adaptando rituales y costumbres navideñas a la nueva situación. Se puede organizar una reunión previa a las fechas navideñas donde participe toda la familia; en este encuentro se invita a expresar todo lo que sienten, hablar de sus emociones. Es importante simbolizar a la persona ausente; para ello, se puede utilizar un espacio concreto de la casa en la que se coloque alguna fotografía, una nota, una vela, unos dibujos de los niños. De esta manera, la persona ausente es tenida en cuenta y toda la familia participa en la tarea de representar un lugar para él o ella”, explica la psicóloga.
“Si la familia ha acordado celebrar el mismo día de Navidad pueden acordar qué hacer en el espacio vacío que hay en la mesa de la cena navideña. Algunos pueden colocar allí una vela encendida, o una fotografía como símbolo de reconocimiento y respeto al fallecido. También se puede incluir en el menú el plato preferido del ser querido a modo de homenaje. Realizar un brindis por la memoria de quien ya no está con unas palabras evocadoras. Se trata de realizar pequeños rituales que permitan compartir el dolor y expresar el vínculo afectivo que persiste con la persona que murió”, agrega Bernal.
No existe una forma mejor ni peor de vivir las fiestas navideñas cuando se está en duelo. Cada familia debe encontrar una manera de organizarlas que haga sentir bien a todos sus miembros. Lo que sí ayuda definitivamente es confrontar el dolor, que aunque es duro, es necesario para la sana elaboración de la pérdida.
Información recomendada:
Fundación Vida por Amor a Ellos- Orientación y acompañamiento profesional a personas en duelo.
Calle 53b#28-39 Bogotá
Tel: 2112806- 7039607- Cel: 3204427388
fundacionvidaporamoraellos.org.co
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