El desayuno perfecto contiene proteína, cereal y fruta. Con estos tres elementos las posibilidades de combinación son infinitas
o olvidemos que el desayuno es la comida más importante del día y por nada del mundo hay que saltarla. Ni siquiera porque nos levantemos tarde para ir a la universidad o al trabajo. Las opciones para comer en la mañana son muchas y van desde preparaciones rápidas y sencillas hasta platos muy complejos.
Pero desayunar bien no significa desbordarse en el consumo de calorías. Un desayuno en toda regla debe representar un 25 a 30 % de las calorías que se consumen en el día, y contener al menos una proteína, un cereal y una fruta. De esta manera nos aseguramos de incluir todos los nutrientes necesarios para las labores cotidianas.
Las proteínas son fundamentales para nuestro cuerpo porque gracias a ellas se reparan los tejidos, se producen hormonas, se genera músculo, se mantienen estables los niveles de glucosa en la sangre y se garantiza un adecuado funcionamiento del cerebro. Las hay de origen animal (como huevos, carnes) y vegetal (quinoa, frutos secos).
Es recomendable no abusar de la proteína de origen animal ni de los alimentos ultraprocesados populares en el desayuno, como el jamón, la tocineta o las salchichas. La razón es que estos alimentos tienen grandes cantidades de colesterol y grasas saturadas, que con el tiempo son perjudiciales para el organismo: pueden producir obesidad con todas las consecuencias de esto: hipertensión, diabetes, etc.
Mientras que las proteínas vegetales contienen menos grasas y por lo tanto menos calorías (y por esta razón órganos como el hígado y los riñones no trabajan de más procesando las grasas); no contienen colesterol; tienen alto contenido de fibra y esto hace que su digestión sea más fácil; aportan mayor proporción de minerales.
Muchos nutricionistas recomiendan el consumo de proteína vegetal por encima de la animal. ¿Lo ideal? Lograr un balance para aprovechar todos los nutrientes de ambas fuentes. Alimentos como quinoa, semillas de girasol, chía, yogurt y los frutos secos (almendras, nueces, maní) tienen alto contenido proteico. E incorporarlos al desayuno no es difícil.
Estos alimentos son ideales para que los consuman niños, mujeres embarazadas, personas mayores y cualquier otro que quiera seguir una dieta saludable y nutritiva.
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