La terapia psicológica tiene muchas ventajas para la salud mental. Sin embargo, encontrar al terapeuta adecuado puede marcar la diferencia entre una buena experiencia y una para olvidar.
La terapia psicológica puede tener grandes beneficios para su bienestar emocional. Entre los más importantes se destacan el proceso de autoconocimiento y aceptación de sus emociones, el aprendizaje de técnicas y herramientas que sean útiles en momentos de crisis, el fortalecimiento de la autoestima, la superación de comportamientos dañinos, entre muchos otros.
Después de tomar la decisión de acudir a terapia, el siguiente paso será escoger al terapeuta ideal para usted. Este es un proceso que no en todos los casos es sencillo. Para el doctor Oscar Andrés Castro, coordinador de la Especialización en Psicología Clínica de Unisanitas, “escoger el psicólogo perfecto para cada uno puede ser tan complejo como encontrar buenos amigos o una pareja”.
Muchas veces la tarea de encontrar el psicólogo resulta ser un proceso de prueba y error. “Es importante hallar un profesional que sea sincero, transparente y que le explique de manera clara los límites, ventajas y desventajas que trae consigo un proceso terapéutico”, confirma el doctor Castro. Encontrar a ese profesional ideal no siempre se dará de manera inmediata, por eso es importante aprender a reconocer las señales que indican que usted, tal vez, no está con el psicólogo adecuado para sus necesidades y que debe optar por otro profesional.
Señales de alerta
1. No tiene la experiencia o conocimientos necesarios para sus necesidades
Lo primero que debe hacer antes de escoger un psicólogo, es identificar que este profesional tenga la especialidad, experiencia y experticia necesaria para sus requerimientos individuales. Que el profesional esté graduado de un programa de psicología reconocido por el Ministerio de Educación Nacional y que este sea un programa actualizado.
Adicionalmente, es importante tener en cuenta sus estudios de posgrado, ya que estos son los que definen su especialidad en ciertas áreas de la psicología y por lo tanto, determinan de manera drástica el tratamiento que cada profesional pueda darle a un paciente, “por ejemplo, si la persona tiene una condición que necesita manejo clínico, es importante que el profesional tenga esta especialidad. Así mismo, si soy papá y quiero atención para mi hijo que tiene una discapacidad cognitiva, es importante buscar un profesional especializado en neuropsicología, y así con todos los casos”, explica el doctor Castro.
Si su psicólogo afirma especializarse en cierta área de conocimiento pero no tiene estudios que prueben dicha especialidad, será mejor optar por un profesional que sí tenga las credenciales requeridas.
2. Tiene un comportamiento poco profesional
Según el doctor Oscar Castro, “hay unos principios básicos que nos rigen a todos los profesionales de la salud, como el principio de beneficencia y no maleficencia. Desde ahí parten otros principios éticos como los contemplados en el código deontológico de psicología, y que todos los profesionales debemos seguir”.
Entre los parámetros contemplados en este código ético, un psicólogo no debe aceptar como paciente a un amigo, miembro de la familia o persona con quien tenga una relación cercana ya que esto puede limitar su objetividad. Así mismo, el terapeuta siempre debe explicar con claridad el proceso que se va a realizar y debe presentar un consentimiento informado del tratamiento al paciente. Finalmente, uno de los principios éticos más importantes es el referente al secreto profesional, el cual dictamina que el psicólogo no debe compartir ni divulgar información personal del paciente o de lo que se hable en las terapias con ninguna persona y en ningún contexto.
“Sí un psicólogo falta a cualquiera de esos principios, estará incurriendo en una falta al código ético. Ahora bien, es importante tener en cuenta que hay ciertos casos en los que un psicólogo puede romper el secreto profesional, como cuando se hace un proceso de remisión a un profesional en psiquiatría, cuando la persona tiene riesgo de atentar contra su integridad o contra la de alguien más, cuando hay un proceso jurídico que lo requiera, cuando la persona no esté en condiciones cognitivas de responder información importante o cuando hay un menor de edad involucrado”, afirma el doctor Castro.
Además de esto, es importante que recuerde que su psicólogo no es su amigo, por lo tanto debe mantener una actitud profesional a lo largo de todo el proceso terapéutico. Contrario a una relación de amistad que está basada en el intercambio mutuo, la terapia siempre se trata de usted, es por esto que si siente que su terapeuta tiene actitudes poco profesionales o comparte mucho de su vida privada, será conveniente cambiar.
3. Demuestra falta de empatía, validación y no respeta su sistema de creencias
Aun cuando su psicólogo no debe ser su amigo o entablar una relación demasiado cercana con usted, sí es clave que sienta que es una persona empática y que está interesada en su bienestar. Un buen psicólogo debe hacer sentir validadas sus emociones, acciones, pensamientos y experiencias. Esto no quiere decir que deba estar de acuerdo con todo lo que usted dice o que no tenga nada que refutar, ya que no se trata de tener aprobación, se espera validación.
La validación está determinada por la aceptación a todo aquello que usted cree importante, incluido su sistema de creencias. Un buen psicólogo nunca hará juicios de valor sobre sus pensamientos, creencias, religión, preferencias sexuales, etc., así como tampoco le impondrá hacer nada con lo que usted no esté de acuerdo. Si usted siente que su terapeuta no respeta su identidad o siente que lo obliga a ser o hacer algo que va en contra de usted mismo, no está en el lugar correcto.
4. Lo hace sentir juzgado, culpable o lo revictimiza constantemente
El proceso terapéutico muchas veces requiere que se revivan experiencias, recuerdos y situaciones negativas o traumáticas. Sin embargo, el trabajo de un psicólogo es analizar todas estas situaciones y brindar herramientas apropiadas sin imponer ningún tipo de opinión o juicio de valor. “Nunca el terapeuta puede hacer sentir juzgado o victimizado al consultante. El espacio terapéutico debe ser seguro y estar regido por el principio de beneficencia, y aún cuando muchas veces es importante traer a colación temas dolorosos, esto nunca debe ir acompañado de ningún juzgamiento”, afirma el doctor Oscar Castro.
Así mismo, no es normal ni aceptable que su psicólogo lo haga sentir culpable o cohibido de expresarse por miedo a la crítica. Un buen profesional le dará la confianza y el apoyo necesario para que usted se sienta cómodo a la hora de hablar.
5. Todas las sesiones se sienten muy cómodas o poco retadoras
Un buen terapeuta lo retará a salir de su zona de confort de manera respetuosa. Es normal y necesario que haya momentos en los cuales tenga que enfrentar situaciones o recuerdos que para usted sean negativos, “obviamente el proceso terapéutico hace que la persona se exponga a situaciones conflictivas de su propia historia que normalmente ha evitado. Este conflicto es normal y seguramente generará tristeza, sin embargo, es necesario para afrontar eso que a veces tratamos de evitar y que nos está haciendo daño”, afirma el doctor Castro. La terapia es como el ejercicio físico, no siempre se siente cómodo o fácil, pero a largo plazo va a tener grandes beneficios.
6. No explora nuevas alternativas en su tratamiento
La terapia nunca es un camino en línea recta, ni funciona igual para todas las personas. Un buen terapeuta analizará cuál es el mejor tratamiento, técnicas o consejos para cada paciente en particular. Sin embargo, en caso de que usted sienta que eso no está funcionando para usted, un buen profesional siempre explorará nuevas alternativas y sugerirá cambios que se ajusten a su medida. Su terapeuta debe estar dispuesto a darle una caja llena de herramientas en lugar de solo una que pueda que no funcione.
7. Da órdenes en vez de trabajar conjuntamente con usted
Un buen terapeuta no es el que actúa como su mejor amigo, tampoco el que actúa como su jefe; el terapeuta debe ser un aliado. Aún cuando el trabajo del psicólogo es guiarlo en el proceso, “nunca debe ser una persona que le diga qué debe hacer, por el contrario, usted debe sentir que la terapia es un proceso de construcción y aprendizaje conjunto en el que psicólogo y paciente puedan llegar a acuerdos”, afirma el doctor Castro.
8. No siente ninguna mejoría en el mediano o largo plazo
Es importante tener en cuenta que la terapia no es una solución instantánea a ningún problema, es un proceso que tiene altibajos y que toma tiempo. Sin embargo, aunque es un error creer que se tendrán resultados inmediatos, sí es importante que evalúe si está sintiendo así sea una leve mejoría conforme pasan las sesiones, y discutirlo con su terapeuta.
Confíe en sus instintos: si siente que algo no anda bien o que está estancado en un mediano o largo plazo, tal vez sea mejor reevaluar si ese es el profesional indicado para usted
Este artículo hace parte de la edición 185 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa en este enlace: https://www.bienestarcolsanitas.com/images/PDF%20ED/Bienestar185.pdf
*Periodista y creadora de contenidos de Bienestar Colsanitas y www.bienestarcolsanitas.com.
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