La crianza genera múltiples inquietudes y una de las más comunes es sobre los trastornos del sueño en los niños. El doctor Darío Botero, pediatra y puericultor, nos brinda algunas claves para ayudar a los niños a dormir mejor.
l doctor Botero explica que el sueño es un proceso que se va modificando y desarrollando a medida que el niño crece y madura. Por eso, es normal que no tengan un sueño uniforme como el de los adultos. Los estudios de observación han encontrado que entre el 20 y 30 % de los niños tienen problemas de sueño.
Según investigaciones científicas, hay un esbozo de sueño desde las primeras 12 semanas de gestación en el vientre. Y los patrones van cambiando hasta que consiguen el mismo patrón de los adultos. No hay una condición específica que determine por qué unos niños duermen más que otros, pero hay algunos factores que influyen:
-El nacimiento prematuro.
-Alergias como la rinitis.
-Clima extremo o cambios repentinos de temperatura.
-Reflujo.
-Un logro trascendental en su desarrollo como aprender a gatear o aplaudir puede provocar noches de sobresalto.
-Un proceso normal en su etapa de desarrollo del sueño.
Tener claro cuál puede ser la causa de un sueño irregular puede ayudar. Es una forma de “leer” al niño para conocerlo y no esperar que sea de determinada forma.
Dormir bien es un hábito que se aprende de los padres.
¿Cuánto debe dormir un niño?
Según el doctor Botero, existen parámetros establecidos que definen la cantidad de horas de sueño que deben tener un niño y la calidad de sueño. La cantidad de horas se va reduciendo conforme crecen.
- Durante el primer mes, el niño duerme entre 16 y 20 horas al día.
- Entre el mes y los seis meses, duerme entre 13 a 15 horas.
- Al año, duermen 13 horas en promedio.
-Dos a cinco años, de 10 a 12 horas.
-Desde los cinco a los siete años, entre 9 y 10 horas.
-De 7 a 9 años, duermen entre 8,5 a 9 horas.
-Los niños de 11 a 12 años, entre 8 y 8,5 horas.
¿Cómo saber si tiene un sueño de calidad?
Como cualquier adulto, cuando un niño ha dormido mal, al día siguiente no quiere despertarse, o pasa el día con somnolencia, cansado y se duerme con facilidad durante las actividades diarias.
Recomendaciones para antes de dormir
Dormir bien es un hábito que se aprende de los padres. No es de extrañar que un niño duerma mal, si sus padres trasnochan o usan aparatos electrónicos en la cama antes de dormir. Los papás transmiten la rutina del sueño y para esto es fundamental establecer una rutina tranquila y segura.
El doctor Botero señala que no hay una sola manera de hacer las cosas y por eso lo importante es conocer al niño. Por ejemplo, algunos bebés disfrutan el agua caliente antes de dormir, los relaja y los pone en disposición de descansar, pero a otros los activa y despierta. Leer un cuento, dejar una luz tenue encendida, son gustos que varían en cada niño. Sin embargo, estas son algunas recomendaciones generales:
Tener rutinas presueño: disminuir la actividad de todos en casa una hora antes de acostarse a dormir.
Comer una hora o 45 minutos antes de dormir.
Apagar los aparatos electrónicos, pues la luz azul disminuye la producción de la melatonina, una hormona inductora del sueño.
Cambiar al niño, llevarlo a su habitación y acompañarlo a que se duerma en su espacio. “Donde el niño se duerme, se debe levantar”, comenta el doctor Botero.
Además, el pediatra explica que, si los padres dejan que el niño se quede dormido mientras está siendo amamantado, el niño va a asociar el sueño con el seno de la madre. Pero si el niño es depositado en su cuna antes de quedarse dormido y es acompañado hasta quedarse profundo, el niño va a asociar la cuna con el sueño.
Cabe destacar que el hecho de que el niño llore no significa que el padre lo esté haciendo mal, simplemente es un proceso y el niño necesita asistencia y tiempo para adaptarse. Es normal tener múltiples despertares, sucede en los adultos también, lo importante es aprender a regularse y volver a conciliar el sueño.
¿Cuándo se debe consultar a un experto por problemas de sueño?
Cuando los niños presentan retraso en el crecimiento, puede estar asociado a un problema adicional que no le está permitiendo dormir lo suficiente y por tanto no está produciendo la hormona del crecimiento en los niveles esperados.
Los niños que tienen condiciones específicas como ronquido severo en la noche, pues les falta el aire y tienen sensación de ahogo, dificultades en las vías respiratorias como rinitis, obstrucción nasal alta, inflamaciones o reflujo, suelen tener problemas de sueño.
¿Por qué es importante la rutina del sueño para el crecimiento?
Está demostrado que el momento en el cual se produce mayor segregación de la hormona del crecimiento es en la noche, mientras el niño duerme de manera profunda y reparadora, es decir, entre las 9:00 p.m. y las 2:00 a.m.
¿Cómo sabemos que están descansando bien?
Porque al otro día tienen energía y disfrutan del juego y las actividades diarias.
¿Cómo terminar con el colecho?
El doctor Botero recomienda tener cuidado con los factores de riesgo de asfixia para un niño en la cama de sus padres: no se debe dormir con cobijas grandes, muñecos ni almohadas. Si los papás toman medicamentos que inducen el sueño o sustancias psicoactivas lo recomendable es no dormir con el niño. “Estoy a favor de que los niños sepan que los papás están presentes; mientras los niños estén tranquilos, se puede mantener el colecho”.
Recuerde
Cada familia recorre un camino diferente, lo importante es escuchar y entender a los niños, tomar decisiones basadas en información verificada y asesoría profesional.
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