Personas en el final de su vida encuentran en la expresión artística una herramienta inestimable de comunicación, así como un refugio en el que consiguen serenidad y claridad.
as personas solemos priorizar la comunicación verbal. Usualmente acudimos a las palabras para trasmitir lo que pensamos, sentimos o necesitamos, muchas veces olvidando que existen otras formas de comunicarnos. Cuando nos encontramos con alguien que no puede, o se le dificulta expresarse con los códigos a los que estamos acostumbrados, surgen la confusión, el miedo y la frustración mientras encontramos la manera de establecer unos canales de comunicación claros.
La empatía y la compasión, elementos fundamentales para afrontar y acompañar procesos de enfermedad, muerte y duelo, son actitudes difíciles de adoptar cuando aparecen estas barreras en la comunicación. Afortunadamente todo encuentro mediado por la intención de empatizar que tropiece con los límites de la comunicación verbal puede transformarse con el arte.
Ana Urrutia Beaskoa, directora de la Fundación Cuidados Dignos de España, dice que el cuidado del ser humano, y especialmente del que es dependiente, no puede caer en la rutina y en la generalidad. En procesos resilientes de enfermedad, muerte y duelo, la creatividad permite superar las barreras de nuestros lenguajes, por lo que se hace necesario buscar códigos nuevos y diferentes a los que estamos habituados.
Arte Paliativo es un proyecto que surge en 2016 con el propósito de acompañar a personas con enfermedades avanzadas o en etapas de final de vida a través de procesos creativos. Los encuentros de Arte Paliativo se dan a través de expresiones artísticas como la música, la pintura, la escritura, la fotografía y la escultura. Urrutia recoge las dinámicas y sentidos del programa en su libro Cuidar: cercanía humana, creatividad, calidez y vocación.
Platos desechables con dibujos de comida hechos en marcador; móviles atrapasueños construidos con palos, cuerdas y plumas de distintos colores; nombres decorativos escritos con alambres y esculturas de plastilina son algunas de las obras que Arte Paliativo muestra en sus redes sociales. Los testimonios, las historias, los relatos detrás de cada pieza dan cuenta de un proyecto que quiere conocer a las personas más allá de su diagnóstico, y propiciar espacios terapéuticos que responden a las necesidades de quienes viven la etapa final de su vida —y de sus familiares—, en búsqueda del bienestar físico, espiritual y emocional.
"El proyecto va más allá del diagnóstico y propicia espacios terapéuticos en búsqueda del bienestar físico, espiritual y emocional".
Arteterapia y counselling son las bases que fundamentan la propuesta de Arte Paliativo. La BATT (British Association of Art Therapists) define arteterapia como una forma de psicoterapia que usa el medio artístico como su forma primaria de comunicación. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el counselling consiste en un proceso dinámico de diálogo a través del cual una persona ayuda a otra en una atmósfera de entendimiento mutuo.
Con las herramientas mencionadas, en sus sesiones grupales e individuales Arte Paliativo persigue diferentes objetivos: fomentar la expresión de sentimientos y emociones; incorporar momentos agradables; brindar herramientas para la aceptación de la enfermedad; reducir los estados de agonía, ira y rabia; recuperar la esperanza, la confianza y la ilusión; fomentar el amor propio y el amor a la vida, y propiciar la conexión de las personas con el sentido de su existencia.
La experiencia en Colsanitas
Alejandra Torres, psicóloga, graduada de arteterapia de la Universidad Nacional de las Artes de Buenos Aires, formada en Cuidados Paliativos por Flacso en Buenos Aires, llegó al equipo de dolor y cuidado paliativo del Programa Contigo de Colsanitas en 2017. Actualmente coordina los talleres y diferentes actividades grupales e individuales para pacientes, familias y equipos asistenciales del Programa Contigo, en los que el arte es el vehículo de la comunicación.
El Programa Contigo es una propuesta interdisciplinaria que involucra médicos, trabajadores sociales, psicólogos, especialistas en cuidado paliativo, trabajadores sociales con formación en el campo y jefes de enfermería. Alejandra determina en qué casos el arte puede ser un mediador pertinente para los pacientes del programa, teniendo en cuenta el nivel de complejidad de la persona, la sintomatología y otros aspectos relevantes que configuran la experiencia.
"Cuidar. Una revolución en el cuidado de las personas".
Ana Urrutia Beaskoa
De acuerdo con Alejandra, lo que aporta el arte en estos procesos es “un lenguaje y una conversación en otros tiempos, a otros ritmos, desde procesos emergentes de la creatividad que ayudan a encontrar otras respuestas”. Con el arte las personas pueden identificar, comprender, materializar, transformar y resignificar sus emociones, procesos que si solo se experimentan a través de las palabras pueden resultar más dolorosos, complejos y confusos. “El arte aporta una mirada más estética, bella, colorida, profunda, sentida (...) Nos permite volver estético el malestar, el sufrimiento, lo difícil de una experiencia a través de un lenguaje con el que podemos tejer, retejer, resignificar, construir y depositar eso que sentimos en un lugar”, concluye la doctora Alejandra Torres.
Proyectos como estos nos invitan a explorar otras formas de comunicarnos, conversar a través de otros lenguajes y dialogar sin palabras. El arte permite transformar nuestros encuentros y nutrir los procesos de enfermedad, muerte y duelo que vivimos. Cuidar de forma empática y compasiva implica un ejercicio creativo permanente.
Arte terapia en Colombia
Hace diez o doce años no era común utilizar el arte para hacer terapias en el campo de la salud mental. Con la llegada a Colombia de los primeros Arte Terapeutas que habían hecho sus estudios en Estados unidos, Argentina y España, esta disciplina empezó a darse a conocer entre psicólogos y terapeutas. En 2009 decidieron agruparse y organizarse en la Asociación Colombiana de Arte Terapia (AACT), que desde 2015 cambió su nombre a Ar.Te.
Desde esta Asociación se promueven diferentes actividades como charlas informativas, cursos, simposios, espacios de socialización, entre otros, que han contribuido a aumentar la visibilidad de esta disciplina y el interés en la formación en este campo. De hecho, actualmente Ar.Te está trabajando para que el Ministerio de Educación la reconozca legalmente como disciplina y para que el Ministerio de Salud le atribuya los privilegios como profesión de la salud mental.
Desde agosto de 2019, se lanzó el primer Programa de Formación en Arte Terapia del país, diseñado para colombianos y por colombianos, y pensado para nuestro contexto. Según se lee en la página de la Asociación este programa cumple con estándares internacionales que garantizan la formación integral de Arte Terapeutas. Este programa tiene la “intención de aportar positivamente a las necesidades sociales del país y de beneficiar emocional, mental y físicamente a las distintas poblaciones de Colombia a través del arte”.
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