La acupuntura es un tratamiento alternativo para enfrentar una enfermedad o molestia. Su origen es de la milenaria china y es cada vez más popular en Occidente.
egún la medicina tradicional china, la enfermedad no solo se manifiesta en el cuerpo, sino también en la mente y el alma de cada ser humano. Por eso, la acupuntura va mucho más allá del acto de poner unas agujas en determinados puntos del cuerpo: busca sanar enfermedades y dolencias, así como desbloquear integralmente al ser humano.
Para la médica acupunturista Nancy Cortés, “nada sucede únicamente a nivel físico. Para los chinos, la enfermedad surge por una alteración emocional que afecta a uno o varios órganos del cuerpo. Dentro de esta tradición, cuando estamos en corto circuito entre lo que pensamos, sentimos y hacemos, nos empezamos a enfermar”.
La acupuntura no se centra en combatir los síntomas, sino que intenta ir hasta la causa de la enfermedad. Por eso los tratamientos mediante acupuntura suelen ir más lentos y se demoran más que un tratamiento de choque contra algún síntoma. Sin embargo, en muchos casos se ve mejoría desde las primeras sesiones.
En la acupuntura, el tratamiento consiste en la colocación de agujas en unos puntos específicos del cuerpo (existen 360 lugares en los que pueden ponerse agujas), que genera cambios electromagnéticos y bioquímicos en el sistema, produciendo una liberación de neurotransmisores. “Las agujas movilizan o tonifican lo que los chinos llaman el Chi, que es la energía vital que circula por doce canales energéticos que se llaman meridianos”, asegura Cortés.
Asimismo, el camino de esta medicina está asociado a la filosofía de los cinco elementos, los cuales comandan un órgano y una víscera del cuerpo, además de tener una emoción asociada, así como un color, un sabor y un olor. Veamos: el elemento agua maneja el riñón y la vejiga, y las emociones asociadas son el miedo y la hiperresponsabilidad; la madera comanda el hígado y la vesícula biliar, cuya emoción es la rabia; el fuego maneja el corazón y el intestino delgado, y se relaciona con emociones ligadas a las manías; la tierra domina el páncreas y el estómago, y la emoción asociada es la reflexión obsesiva; el metal maneja el pulmón y el intestino grueso, y se manifiesta en la emoción de la tristeza.
Salud integral
Para dar un diagnóstico, en la medicina china se recurre a cuatro métodos: la observación de la lengua, un microsistema como el del ojo o la mano, que permite ver la vitalidad de los órganos internos y la emocionalidad del paciente; la palpación de los pulsos (según los chinos hay doce, seis a cada lado del cuerpo), los cuales reflejan la parte energética de cada órgano; la auscultación y la escucha profunda del paciente. “Una parte del tratamiento va encaminada a sanar los síntomas físicos, otra se enfoca en aliviar la emoción correspondiente. A veces parece mágico, porque uno pone una aguja y se va un dolor muy físico, pero generalmente son tratamientos que llevan tiempo”, sostiene Cortés.
Además, es importante saber cuáles enfermedades se pueden tratar con acupuntura y cuáles no. Según la Organización Mundial de la Salud, hay 49 enfermedades avaladas para ser tratadas con acupuntura, entre las que se encuentran la gastritis, la diarrea, el colon irritable, la laringitis, la amigdalitis, las arritmias, las cefaleas, el reflujo, la taquicardia, el asma, la bronquitis, la psoriasis, la conjuntivitis aguda, la otitis, la rinitis, la artritis, la artrosis, las parálisis faciales y los trastornos del sueño.
Un cáncer, por ejemplo, no puede curarse con agujas, pero éstas sí pueden ayudar a que el paciente se sienta menos cansado, que la quimioterapia no le dé náuseas y que las defensas del cuerpo no se bajen drásticamente. Tampoco pueden curar una diabetes, pero sí han ayudado a muchos pacientes a dejar la insulina. También funcionan en casos de esquizofrenia y bipolaridad, pues producen serotonina.
Menos es más
Según la medicina china, no se deben poner más de 19 agujas en el cuerpo; incluso los grandes maestros utilizan solo una o dos para movilizar toda la energía. Dependiendo del caso, en los adultos las agujas se dejan en el cuerpo entre 10 y 40 minutos, mientras que en los niños y en las mascotas solo se estimulan por pocos segundos los puntos necesarios.
Si bien cualquier persona puede ser tratada con acupuntura, hay que tener especial cuidado con las mujeres embarazadas, ya que hay puntos que pueden generar consecuencias no esperadas que pueden ir hasta abortos espontáneos. Tampoco deben utilizarse cuando hay un ataque maníaco esquizofrénico ni en un cuadro de abdomen agudo.
Las agujas deben ser desechables y pueden generar un pequeño hematoma en el lugar de la punción o producir electricidad, un buen indicador de que la energía está circulando. Al día siguiente de la puntura, debido al movimiento de energía, es posible sentir cansancio, más sueño y tener una deposición más abundante de lo acostumbrado.
Aunque desde 2010 la legislatura colombiana reconoce las terapias alternativas, entre las que se encuentra la medicina tradicional china (la cual tiene más de 4.000 años), aún hay muchos escépticos. “Cada vez la medicina occidental y la medicina china trabajan más en conjunto, sin embargo, para muchos colegas y pacientes el tema no pasa de lo empírico y de la charlatanería”, dice Cortés.
Pero en el mundo, sobre todo en países como Francia y Alemania, el uso de la acupuntura es cada vez más popular. Incluso en 2015 la médica china de 85 años, Youyou Tu, recibió el Premio Nobel de Medicina por un estudio sobre la planta de artemisa para tratar los síntomas de la malaria, lo que, sin duda, fue un reconocimiento a la medicina tradicional china.
Además, cada vez más pacientes aseguran encontrar en la acupuntura un tratamiento integral para la enfermedad que les permite experimentar un camino de sanación distinto. “No se trata de magia, el cuerpo tiene su propio ‘wifi’ y las agujas solo activan esos principios energéticos en nuestro sistema. Es una práctica milenaria que concibe la salud como estar en armonía”, concluye Cortés.
"La acupuntura no se centra en combatir los síntomas, sino que intenta ir hasta la causa de la enfermedad. Por eso los tratamientos son más lentos, aunque se ve mejoría desde las primeras sesiones".
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