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Bienestar Colsanitas

Todo lo que debe saber sobre el pie equinovaro

El pie equinovaro o pie chapín es una deformación que sufre 1 de cada 750 recién nacidos. No puede prevenirse pero sí tratarse desde temprano. Hablamos con el doctor español José Morcuende, especialista en ortopedia infantil, para conocer todo sobre esta enfermedad.

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¿Qué es?

Es una enfermedad que causa la deformación de los pies. Los músculos y tendones del pie son menos flexibles de lo normal y este se curva hacia adentro; en algunos casos, el dedo gordo incluso toca la pierna. Esta deformación es congénita y se nace con ella, no se desarrolla con el tiempo. En el segundo trimestre del embarazo es posible determinar si el bebé padece pie equinovaro.

Existen deformidades que se desarrollan durante la vida de la persona como consecuencia de alguna otra enfermedad, pero estas no son pie chapín.

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¿Qué tipos de pie equinovaro hay?

Las características de la enfermedad son las mismas en los dos tipos; la clasificación viene dada por el origen de la enfermedad.

Idiopático

Quiere decir de aparición espontánea, no hay una razón que justifique la enfermedad. El bebé simplemente nace con ella. Este tipo de pie chapín es el más frecuente.

Sindrómico

Se da como consecuencia de algunos síndromes específicos como la artrogriposis o la espina bífida. Como depende de síndromes poco comunes, este tipo de pie chapín no es frecuente.

¿Quién es propenso a padecerlo?

Todo bebé es propenso a padecerlo. No hay factores externos que afecten a la madre durante el embarazo y faciliten el desarrollo del pie equinovaro en el bebé. La probabilidad aumenta si en la familia alguien padece o padeció la enfermedad. Sin embargo, aunque es una deformidad genética, no necesariamente se transmite de generación en generación. Actualmente, la incidencia del pie equinovaro es la misma en todo el mundo: 1 de cada 750 bebés nace con la deformidad.

¿Cómo puede prevenirse?

No es posible prevenir la enfermedad, pero sí tratarla desde los primeros meses de vida.

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¿Cuál es el tratamiento?

Existen dos métodos principales de tratar el pie equinovaro:

Método tradicional

Consiste en corregir la deformidad mediante yesos hasta un punto en que es posible hacer cirugía. En ella se cortan algunos ligamentos y tendones de los tobillos y los pies para poder enderezarlos. Luego se usa un yeso durante algunos meses hasta que el pie está recto. Este método tiene dos problemas: a medida que el niño crece, el pie no crece proporcionalmente y no desarrolla la fuerza y resistencia suficiente para soportar larga jornadas de pie; por otro lado, los tendones vuelven a contraerse, obligando a nuevas cirugías.

Cada vez es menos practicado porque es muy agresivo y poco efectivo.

Método Ponseti

El médico tratante endereza gradualmente el pie del bebé mediante masajes y la aplicación de yesos. En cada cita, el médico masajea los músculos y los tejidos del pie para que estos cedan un poco; entonces aplica yeso para fijar el pie en la nueva posición. El procedimiento lo repite semanalmente durante cinco semanas. Al finalizar este tiempo el pie ya ha llegado de manera progresiva a la posición en la que debe estar. Normalmente, en alguna de estas sesiones el médico hace una pequeña incisión en el talón de Aquiles para liberar presión y evitar que los tendones se inflamen. Son muy pocos los casos que requieren cirugía para potenciar el tratamiento.

Para evitar que el pie vuelva doblarse, el niño debe calzar unas férulas especiales durante la noche hasta que cumpla cinco o seis años. A partir de ese momento, el tratamiento termina. Los pies del niño estarán en la posición correcta y tendrá la fuerza y resistencia suficiente para soportar largas jornadas de pie. La calidad de vida será igual a la del resto.

Se recomienda hacer el tratamiento en los primeros meses de vida del bebé, pero también funciona en niños, adolescentes y adultos.

¿Cuáles son las consecuencias?

Si el pie equinovaro no se trata, el niño caminará torcido durante toda la vida, puede sufrir dolor y verá disminuida su movilidad. Esta deformidad no se corrige sola.

Por el contrario, si la enfermedad se trata correctamente, el niño tendrá una vida con las mismas posibilidades de todos sus compañeros.

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