Se habla mucho por estos días sobre el açaí, fruto popular en Brasil de gran valor nutricional y con múltiples propiedades. Algunas comunidades del Guaviare han comenzado a cultivarlo.
Desde hace un par de años en Colombia se ha comenzado a hablar sobre el açaí (se pronuncia “asaí”), fruto de una palma con el mismo nombre que crece en el bosque húmedo, y cuyas propiedades antioxidantes y nutricionales lo han posicionado como un alimento de grandes beneficios para el organismo. Tal vez usted lo ha visto en el menú de algún restaurante especializado en comida saludable, y ya hasta se animó a pedirlo en forma de jugo o con granola. O, quizás, ha notado cómo empezó a aparecer en catálogos de productos de belleza o saludables, y ha intentado buscarlo en la sección de frutas y verduras del supermercado.
Las comunidades indígenas que habitan en el Amazonas han consumido el açaí durante siglos. En Brasil, sobre todo en los estados amazónicos, el consumo de la pulpa de açaí en jugos es tan frecuente como lo puede llegar a ser el de lulo en el Valle del Cauca. Tanto así que el cantautor Nilson Chaves compuso la canción “Sabor de açaí”, donde se explaya frente a las propiedades de la fruta. Al ser hipercalórico y relativamente económico en la región, el açaí resulta una solución para quienes solo pueden consumir uno o dos alimentos al día: “Fruta santa/ fruta mártir/ tienes el don de dar a muchos/ donde muchos no tienen nada”, canta Chaves.
Compuesto en un 40% por fibra, es fundamental para la dieta de aquellos que quieren bajar de peso o sufren de estreñimiento.
Durante la década de los noventa se disparó el consumo del açaí en Estados Unidos después de que Oprah Winfrey comentara sobre sus propiedades antioxidantes como secreto de la eterna juventud. Desde entonces, la producción de açaí en las selvas brasileñas se ha triplicado, y gracias al boom del fitness y de la comida saludable, la tendencia va en aumento y ha llegado hasta los países de la cuenca del Amazonas.
Pero los beneficios del açaí van mucho más allá de ser el secreto de la buena piel de Oprah. Este fruto redondo y de un color púrpura más intenso que el de la uva o la mora cuenta con altísimos contenidos de vitaminas B y C, calcio y hierro. Sus altos niveles de polifenoles y flavonoides hacen del açaí un gran antiinflamatorio y, al estar compuesto en un 40% por fibra, es fundamental para la dieta de aquellos que quieren bajar de peso o sufren de estreñimiento. Es una rica fuente de omega 3, lo que lo hace ideal para quienes quieren prevenir enfermedades cardiovasculares o bajar niveles de colesterol. Estudios de la Universidad de Bélgica recomiendan el uso del açaí para la recuperación de deportistas de alto rendimiento, al contar con un gran contenido de proteínas vegetales, que son procesadas de manera mucho más eficiente por los músculos. Y, según cuenta la sabiduría popular brasileña, es un gran afrodisiaco, tal vez por su alto contenido de carbohidratos que potencian la energía.
Un emprendimiento sostenible
Lo que pocos saben es que la palma del açaí también abunda en el Guaviare, en el sur de Colombia. Al ver el crecimiento de la demanda nacional e internacional de este fruto, la Asociación de Productores Agropecuarios por el Cambio Económico del Guaviare (Asoprocegua) —que reúne a 206 pequeños productores y campesinos de 40 veredas del departamento— se asoció con Bioguaviare, empresa que elabora pulpas y aceites naturales de frutos amazónicos, para procesar, comercializar y distribuir açaí por todo el país. Como lo explica Alejandro Álvarez Morato, gerente general de Selva Nevada y actor fundamental en esta iniciativa: “Selva Nevada es una empresa de productos alimenticios hechos con frutos de la biodiversidad colombiana que son cosechados por pequeños productores. Nosotros llevamos muchos años trabajando con estos frutos y con pequeñas comunidades, buscando alternativas para pequeños productores que ayuden a conservar o reforestar los bosques. Teniendo en cuenta la demanda de açaí en el mercado nacional e internacional, hicimos una alianza con Asoprocegua para constituir Bioguaviare y así poder procesar y comercializar en volúmenes importantes el açaí”.
Estudios recomiendan el uso del açaí para la recuperación de deportistas de alto rendimiento, al contar con gran contenido de proteínas vegetales.
Además de involucrar a los pequeños productores de la región, esta iniciativa ha demostrado ser sostenible económica, social y ambientalmente. Es una alternativa económica para los habitantes de la región, no sólo para quienes han sustituido cultivos ilícitos por açaí, sino también para los indígenas nukak makú, pues ellos son quienes realizan la recolección de una manera en la que no se perjudique ni el fruto ni la palma. Además, las grandes empresas de alimentos están virando sus ojos hacia la producción de líneas saludables que satisfagan las demandas de los consumidores, y en ese sentido, cada vez aparecen más y más productos que cuentan con el açaí como ingrediente principal. En palabras de Álvarez Morato: “El açaí es un producto con una demanda de mercado muy importante y cada vez hay más clientes interesados. Esto permite que la actividad económica sea rentable para las comunidades locales y las empresas”.
El Guaviare es tal vez una de las zonas más deforestadas del país. El principal grupo humano del departamento está compuesto por colonos, que utilizan su suelo para la ganadería y la agricultura y que desconocen al açaí como parte de su dieta. Pero ellos lentamente están aprendiendo a ver el valor potencial de esta fruta, y de esta manera se puede pensar en un proceso de reforestación de esa región colombiana. La cosecha del açaí se hace a partir de estudios del comportamiento del bosque húmedo que determinan la densidad de las palmas y la cantidad de fruto que se debe recoger para respetar los ciclos del bosque. Como lo explica Álvarez Morato: “La forma más efectiva para conservar los bosques es darle valor a partir de productos que no sean madera, como los frutos”.
Es una rica fuente de omega 3, lo que lo hace ideal para quienes quieren prevenir enfermedades cardiovasculares o bajar el colesterol.
Pero tal vez lo que más llama la atención es la manera en la que ha involucrado a la comunidad. La alianza entre pequeños productores, indígenas y el sector privado ha permitido que las ganancias económicas se dividan de manera equitativa, y que sea la misma comunidad la que dirija este emprendimiento. “La comunidad es dueña de la empresa. Los actores locales se saben fundamentales y son ellos quienes están generando el desarrollo y la transformación de su región”, concluye Álvarez Morato. Bueno para el ambiente, para quienes lo cultivan y para el cuerpo humano. Así es el açaí, otro milagro del Amazonas.
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