Todos los objetos que guardamos en el armario nos representan, cada uno es una cadena de recuerdos, momentos y personas que nos acompañaron en la vida. Hay que darle a nuestro clóset la dignidad que merece, con orden y claridad.
l clóset es un espacio reservado y privado, que nos sirve para guardar la ropa y accesorios, pero también para atesorar recuerdos significativos. Es un espacio importante ya que ahí estamos por lo menos una vez al día, y necesitamos lo que contiene para desenvolvernos en la vida cotidiana.
Pero casi nunca separamos un tiempo para mirar qué tenemos y cómo lo tenemos almacenado, para pasar revista y depurar. Hasta que un día o una noche, apurados, no encontramos una prenda que queríamos ponernos, y es ahí cuando decidimos que tenemos que organizar el clóset.
La organización del clóset debe ser un ejercicio significativo para tener una casa más ordenada y una rutina diaria más fluida y tranquila. Reserve unas horas para esta actividad, programe qué quiere hacer específicamente con su armario, cómo lo quiere. En general, todos queremos que nuestro clóset se vea como el de las revistas de decoración, pero nos desanimamos cuando vemos que la labor es más compleja de lo que pensábamos. Aquí comparto algunos conceptos que aprendí alrededor del clóset durante mi formación como organizadora profesional.
1. Organizar no es un acto de magia
Organizar el clóset es un proceso, no se hace en quince minutos ni en treinta, requiere compromiso y disciplina para enfocarse en la tarea. Además, debe haber planeación, crear un plan de acción: se debe destinar una fecha y horas, para ser realistas y motivarnos a cumplir con la meta. También conviene alejarnos de los distractores como redes sociales o chats.
Conviene hacer una lista de los materiales que necesitamos, porque se debe tener por lo menos una bolsa de basura para sacar la ropa que esté en mal estado. Tómese un momento para mirar y planear la acción.
2. Depurar
No sacar las prendas que no usamos ni nos encantan es el error más común al organizar nuestro armario. Tendemos a creer que el clóset puede ser un mejor lugar sin botar nada, con la misma cantidad de acumulación. Pero en realidad lo que estamos haciendo es aferrándonos a ropa y accesorios que traen congestión, estrés y angustia, y que están ocupando un espacio valioso ya sea para prendas nuevas que en realidad sí vamos a usar, o para simplemente dejar el espacio más despejado.
3. Más contenedores no quiere decir más orden
Algunas veces llego a la casa de mis clientas y veo que han comprado muchas cajitas de diferentes tamaños para ponerle algo de sentido a su desorden. Lo que no saben es que ese es un error frustrante, ya que gastaron dinero en algo que, a lo mejor, ni necesitaban o, peor, no va ser funcional en su clóset. Antes de comprar cajas divinas y de todos los tamaños y colores se debe depurar lo que hay en el clóset; después se analiza qué quedó y en dónde se va a poner, y ahí, sólo ahí, podremos considerar si es necesario un contenedor, o varios.
Recordemos que antes comprar la caja organizadora ideal hay que identificar su función (para qué servirá) y el espacio donde irá (medir los espacios es obligatorio), y después, ver el diseño o color. No es recomendable comprar por impulso, porque es una caja bonita: esto sólo traerá confusión y malos hábitos de orden en el armario.
4. Cuide los cajones
Sí, todos sabemos que es tradición poner en los cajones la ropa interior, pijamas o medias unas encima de otras. Pero... ¿en realidad eso es práctico o funcional? Entre más se apile la ropa más difícil será encontrarla, nunca se verá lo que está en el fondo, y terminaremos poniéndonos siempre las cuatro o cinco prendas que tenemos a simple vista. Es mejor doblar o poner las prendas dentro de los cajones con un estilo llamado “tipo archivo”, donde las prendas están una al lado de la otra, como si fueran carpetas en una gaveta archivadora. No hay nada por debajo, todo está a la vista, se puede recorrer el cajón con una mirada e identificar su contenido en un instante.
5. Pida ayuda
La organización del clóset puede ser abrumadora, estresante y decepcionante si no se hace de manera rigurosa. Por eso los invito a pedir ayuda si sienten que no lo van a lograr, ya sea a un familiar, amiga, o una ayuda más profesional como la de una organizadora de espacios como yo. Es bueno tener al lado una persona que aporte a la causa, que nos dé consejos, nos recomiende cómo optimizar el espacio e, igualmente, nos dé valor para desprendernos de lo que ya no nos ponemos.
Este tipo de apoyo es fundamental para tener más energía y ánimos para terminar la tarea. No dudemos en alzar la mano, muchos querrán ayudarnos en la meta de tener un espacio más ordenado. Sin embargo, recordemos que la intervención de una tercera persona también puede ser negativa, hay que tener cuidado a quién se invita.
** Organizadora profesional. Especialista en Organización Residencial de NAPO, Estados Unidos. Fundadora de Get Simple. [email protected]
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