Informarse y consultar a un profesional son las mejores alternativas para vivir la menopausia como lo que verdaderamente es: una etapa más de la vida.
ada mujer vive la menopausia de diferente manera. Por ello, cuando aparecen los primeros síntomas conviene consultar con un profesional de confianza, puede ser el médico de familia o el ginecólogo, sobre esas molestias, tratamientos y, en general, dudas sobre esta etapa de la vida de las mujeres.
Con el doctor Juan Carlos Vargas, asesor científico de Profamilia, revisamos las principales dudas que suelen tener las mujeres sobre este tema.
Definición
Es cuando se acaba la regla en la mujer. El diagnóstico se hace retrospectivamente, cuando ya ha pasado un año sin periodos menstruales. Generalmente se presenta entre los 48 y los 52 años de edad.
Causa
Los ovarios disminuyen su producción hormonal en forma paulatina pero rápida. En general la producción de estrógenos cae alrededor de 85 %, y las otras hormonas disminuyen entre un 50 y un 60 %. Los ovarios con el tiempo también se van reduciendo de tamaño.
Los primeros síntomas
Generalmente las primeras señales son alteraciones del sangrado, por ejemplo baches, es decir, periodos de tres o cuatro meses sin menstruación. Los síntomas asociados son episodios de sudoración y de calor nocturno o diurno. También se pueden presentar dolores de cabeza. Se debe consultar al médico cuando se presenten las primeras alteraciones en el sangrado.
Otros síntomas
No todas las mujeres presentan todos los síntomas. Por los mismos calores nocturnos con frecuencia se altera el patrón de sueño, porque el calor despierta a la persona y, cuando presenta sudoración, debe cambiarse la ropa, abrir ventanas o quitarse las cobijas.También se pueden presentar palpitaciones derivadas de los calores, que se acompañan a veces de aceleración de la frecuencia cardiaca. Si es un corazón que no tiene ningún factor de riesgo, estas palpitaciones no constituyen un problema.
Con el tiempo, a mediano plazo, las mujeres pueden ser más propensas tanto a las infecciones vaginales como a los flujos y alteraciones urinarias. Deben tenerse presente algunos cambios emocionales, como ansiedad, irritabilidad y tendencia a la depresión. En ciertos casos puede ser útil consultar a un psiquiatra.
Riesgos
Dos riesgos vienen con la menopausia, y en parte gracias a ellos esta etapa de la vida ha sido objeto de múltiples investigaciones y acercamientos. Uno es la osteoporosis, es decir, la disminución del calcio en los huesos. El otro riesgo es que por la disminución en la producción de estrógenos se altera el metabolismo de los lípidos y se produce un perfil lipídico de riesgo para que se tapen las arterias; en otras palabras, se sube el colesterol, se disminuye el colesterol bueno, y esta situación favorece la aparición de arteriosclerosis. Por eso mismo también hay riesgo de accidentes cardiovasculares.
Cuando las hormonas disminuyen empieza a haber depósitos de grasa en el área abdominal y ganancia de peso.
Por eso es importante entrar en la menopausia con un programa de ejercicio dirigido y con una dieta saludable.
La vida sexual
El deseo sexual disminuye con la menopausia. En la mayoría de los casos esto no obedece a una causa hormonal, sino a que se reduce un poco la elasticidad y la humedad vaginal, y con ello las relaciones sexuales pueden tornarse dolorosas. Sin embargo, investigaciones han demostrado que también hay una disminución del deseo sexual por los cambios hormonales propios de la menopausia, que en algunos casos se trata con suplencia de andrógenos. Otras mujeres, por el contrario, reportan un aumento del deseo sexual, porque al no tener más la menstruación se liberan del temor a un embarazo no deseado, y de esta manera disfrutan más el sexo. Lo dicho: cada caso es particular.
Tratamiento
Todos los síntomas son desencadenados por la disminución hormonal, luego lo ideal es reemplazar en parte los niveles de estrógenos. Es lo que se conoce como tratamiento hormonal. Este es el tratamiento ideal porque va a la causa, pero hay mujeres que no tienen la opción de utilizarlo porque presentan contraindicaciones. No pueden utilizar la terapia hormonal las mujeres que tengan parientes en primer grado de consanguinidad con cáncer de seno o que sean portadoras de la mutación que las predispone para el cáncer de seno, mujeres que ya hayan tenido infartos cardíacos, accidentes cardiovasculares o que tengan familiares con trombosis.
Además de la terapia hormonal, se ha descubierto que ciertos antidepresivos disminuyen los calores. Se usan solos o combinados con la terapia hormonal.
Beneficios de la terapia hormonal
La terapia hormonal previene la osteoporosis y la arteriosclerosis, y trae beneficios para la calidad de vida de la mujer como la eliminación de los calores, la disminución del riesgo de resequedad vaginal y de problemas de incontinencia urinaria, así como mejoría en el estado de ánimo y en la calidad de la piel.
Terapia hormonal y cáncer
Algunos estudios han asociado la terapia hormonal con el aumento en la incidencia de algunos tipos de cáncer. Los estudios más recientes sobre el uso de la terapia hormonal concluyen que esta es segura cuando se utiliza con hormonas naturales, en dosis bajas, por un tiempo controlado y en mujeres que acaban de pasar la menopausia, no después de cinco o más años. También han demostrado que los casos de cáncer de seno que aparecen muy temprano, iniciada la terapia hormonal, generalmente son lesiones que ya estaban presentes, y que con la terapia se manifiestan más rápido.
Conviene aclarar que no todas las mujeres necesitan tratamiento con terapia hormonal, y cuando el médico la recomienda ellas pueden elegir si la siguen o no.
La terapia hormonal previene la osteoporosis y la arteriosclerosis, y trae beneficios para la calidad de vida de la mujer como la eliminación de los calores”.
El aumento de peso
Con la menopausia, la grasa se distribuye de una forma diferente. Cuando las hormonas disminuyen empieza a haber depósitos de grasa en el área abdominal y ganancia de peso. Por eso es importante entrar en la menopausia con un programa de ejercicio dirigido y con una dieta saludable. Los mejores ejercicios son caminar, trotar si los ortopedistas lo permiten, nadar o montar bicicleta, siempre bajo recomendación médica. El baile es un excelente ejercicio para las mujeres en esta etapa de transición.
Cambios en el estilo de vida
Es muy recomendado hacer ejercicio físico, reducir grasas de origen animal y las grasas trans y acoger una dieta donde primen vegetales, frutas y granos. Conviene reducir el consumo de cafeína y de alcohol, porque aumentan los calores.
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