Como parte de la fisioterapia, el masaje facilita un proceso de recuperación en pacientes con distintas necesidades.
ara referirse a cualquier tipo de masaje terapéutico es preciso eliminar la etiqueta de “masajista” o la imagen de un centro de estética sin fisioterapeutas. El doctor Germán Rodríguez Tovar, especialista en medicina física y rehabilitación adscrito a Colsanitas, asegura que, en definitiva, los masajes realizados por personas entrenadas son un elemento importante de los programas de recuperación muscular. Los profesionales en esta práctica individualizan la técnica para cada paciente porque cada uno tiene una necesidad particular y una manera distinta de reaccionar.
Buscamos a cuatro expertos que nos explicaran sobre masajes para el manejo del dolor, las limitaciones físicas, la fibromialgia, para las contracturas y para los bebés prematuros. Estos casos no se resuelven en una sesión de treinta o sesenta minutos. Para obtener resultados deben realizarse varias sesiones y es fundamental complementar el tratamiento con sus indicaciones terapéuticas. Finalmente, el masaje es una de las herramientas de los planes de rehabilitación, mas no la única solución.
Contra el dolor
Las reacciones psicosomáticas del estrés, la postura inadecuada y las cargas de objetos pesados como maletines ejecutivos, morrales de estudiantes y carteras grandes repletas de objetos son las principales causas que producen dolores musculares en los pacientes que acuden a Pamela Ocampo López, fisioterapeuta de la Universidad del Rosario. Realiza su técnica sobre una camilla y comienza con un masaje suave para preparar el tejido. Siempre utiliza algún tipo de aceite porque es el vehículo indicado para deslizar sus manos sobre la piel sin producir fricción ni generar molestias. Cuando encuentra los puntos gatillo que acumulan la tensión aumenta la presión y es ahí donde va localizando las zonas a trabajar. El objetivo consiste en reducir el dolor y su resultado crea efectos de relajación activados por la hormona de la serotonina. Recomienda, dependiendo del caso, complementar con estiramientos y ejercicios de fortalecimiento ya que, con frecuencia, un dolor de espalda se asocia a la debilidad de los abdominales y los lumbares que controlan la postura.
Antes y después del ejercicio
Carlos Miguel Entrena Yáñez, fisioterapeuta de la Escuela Colombiana de Rehabilitación, lleva casi veinte años en el mundo del deporte. Trabaja con la Selección Colombia de Fútbol de Mayores y en su clínica de rehabilitación deportiva recibe pacientes que no sólo clasifican dentro del alto rendimiento. Cualquier persona que realice actividad física requiere de las diferentes técnicas de masajes que define el experto. En orden cronológico, el primero es el que se hace previo a la competencia. Su objetivo apunta a la activación de la fibra muscular para hacer una transición al calentamiento. Consiste en una cadencia rápida, corta y veloz en los ritmos del fisioterapeuta y se aplica con una crema –preferiblemente caliente– en piernas y también en brazos para la natación. Dependiendo del deporte, se pueden practicar masajes durante la competencia sobre contusiones con geles antiinflamatorios para disminuir el dolor, y al finalizar el partido, o el entrenamiento, el enfoque se centra en la recuperación de los músculos. Actúa sobre la contractura producida por la actividad física, ayuda a drenar materiales de desecho como el ácido láctico y relaja al paciente. De igual manera, en los procesos de rehabilitación se estructura la anterior fórmula después de colocar cargas para el fortalecimiento.
Para los bebés prematuros
En un estudio que dirigió la psicóloga PhD Andrea Aldana para su tesis de doctorado en investigación e intervención en primera infancia en la Universidad Laval, en Quebec, demostró las ventajas que obtienen los bebés prematuros al recibir masajes terapéuticos en la llamada posición canguro, es decir, en contacto pecho con pecho con la madre. Ellos tuvieron menos días de hospitalización y aumentaron más rápido de peso comparados con aquellos que tomaron la misma terapia manual dentro de la incubadora. Estos resultados los corrobora Gloria Jurado Calvache, terapeuta física de la Universidad Nacional y especialista en desarrollo infantil con énfasis en niños de alto riesgo. Dentro de su programa implementa técnicas que comienzan con una caricia que se va transformando a un masaje suave acorde con la tolerancia del bebé. En su sesión, que dura treinta minutos, le da pautas y el conocimiento a la madre. “La encargada de las 23 horas y media del resto del día es la mamá. Es la responsable del progreso que lleva a su hijo desde su emocionalidad”, explica. Esta práctica, recomendada incluso para no prematuros, despierta las fibras nerviosas, crea conexiones múltiples al cerebro y moldea, desde las primeras semanas del ser humano, adultos más seguros e inteligentes.
Tradición milenaria
El origen del masaje tailandés se remonta a la India hace aproximadamente 2.500 años. Su finalidad principal es relajar el cuerpo, soltar las tensiones y liberarlo de toxinas. Camila Acosta López, instructora de yoga con certificación internacional en masaje tai, practica la técnica con un enfoque terapéutico, atiende a sus pacientes vestidos con ropa cómoda sobre una colchoneta delgada en el piso y antes de comenzar el proceso les hace un lavado de pies con jabón. A menudo atiende casos de fibromialgia, nunca utiliza aceites y empieza la sesión con movimientos de presión en la planta de los pies que terminan en la cabeza. “Es importante masajear todo el cuerpo porque aunque la presión se sienta en un lugar determinado, no quiere decir que la raíz del dolor sea ese lugar”, explica. El éxito de su labor radica en que el paciente tome conciencia de su respiración y no haga esfuerzos. Asegura que no todos los organismos reaccionan de la misma manera, pero que la sensación de bienestar es el común denominador de sus resultados.
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