Le contamos cómo se transmite, cuáles son sus síntomas, tratamiento y formas de evitar el contagio.
Actualizado el: 24/06/2022
¿Qué es?
La viruela símica es una zoonosis, es decir, una enfermedad infecciosa que se transmite de animales a humanos. Es causada por un virus del que se conocen dos cepas: la cepa de la cuenca del Congo (África Central) y la cepa de África Occidental. Las infecciones humanas con la cepa de África Occidental producen la enfermedad menos grave en comparación con la cepa de la cuenca del Congo.
¿Cómo se transmite?
En las zonas endémicas, la propagación de la viruela del simio puede ocurrir cuando una persona entra en contacto cercano con un animal infectado, (se cree que los roedores son el principal reservorio animal para la transmisión a los humanos), personas contagiadas o materiales contaminados con el virus. El virus ingresa al cuerpo a través de la piel lesionada (aunque no sea visible), el tracto respiratorio o las membranas mucosas (ojos, nariz o boca).
La transmisión persona a persona se produce por contacto estrecho con:
- Secreciones infectadas de las vías respiratorias (microgotas) en personas que tosen o estornudan.
- Lesiones o costras de la piel.
- Objetos contaminados recientemente con los fluidos del paciente, y a través de la placenta (viruela símica congénita).
Aún no hay evidencia de que el virus se transmita por vía sexual, sin embargo, el contacto estrecho que representa el coito supone un alto riesgo de contagio, según la OMS.
¿Cuándo hay riesgo de infección?
Los pacientes pueden contagiar a otros desde el inicio de la erupción cutánea hasta el proceso de cicatrización; sin embargo, hay riesgo de transmisión desde antes de que aparezcan las señales de la enfermedad.
¿Desde cuándo se conoce esta enfermedad?
La viruela del mono se descubrió por primera vez en 1958, cuando se estaba evaluando el comportamiento de brotes de una enfermedad similar a la viruela en monos utilizados para fines de investigación. El primer caso humano se registró en 1970 en la República Democrática del Congo, y desde entonces se ha informado de la infección en varios países de África central y occidental.
¿Cuántos casos se conocen hasta ahora?
Desde el 13 de mayo de 2022, la viruela del simio ha sido notificada a la OMS por 42 países. Hasta el 15 de junio se contaban 2.103 casos acumulados confirmados por laboratorio; no se han reportado muertes. En la región se ha detectado en México, Argentina, Venezuela, Canadá, Estados Unidos y en Colombia el Instituto Nacional de Salud y el Ministerio de Salud confirmaron tres casos en el país.
¿Todos los casos están relacionados con un viaje a una zona endémica?
La identificación de casos confirmados y sospechosos de viruela símica sin vínculos directos de viaje a un área endémica es atípica. Un caso de viruela símica en un país no endémico se considera un brote.
Además de los casos notificados por países no endémicos, la OMS continúa recibiendo actualizaciones sobre el estado de los brotes en curso a través de los mecanismos de vigilancia (IDSR) en países endémicos en la región africana, donde hay más de 1300 personas afectadas con cerca de 78 muertes.
¿Cuánto tarda la recuperación?
En la mayoría de las personas es una enfermedad benigna que se prolonga entre dos a cuatro semanas. Al terminar la erupción pueden quedar cicatrices con hoyuelos o áreas de piel más clara o más oscura después de que se hayan caído todas las costras.
¿Existe un tratamiento para esta enfermedad?
No hay tratamientos específicos aprobados contra la viruela símica. Es importante cuidar la piel dejando que las erupciones se sequen y evitando tocar las lesiones de la boca o los ojos. Los síntomas suelen resolverse espontáneamente, aunque se han descrito complicaciones esporádicas como encefalopatía, neumonía, gastroenteritis, entre otras.
En algunos casos se debe recibir seguimiento clínico y tratamiento según la valoración médica, específicamente cuando se trata de:
- Personas con enfermedad grave u otras afecciones que requieran hospitalización.
- Personas con enfermedades o condiciones como VIH, leucemia, linfoma, trasplante de órganos, enfermedad autoinmune con inmunodeficiencia, entre otras.
- Niños menores de 8 años.
- Mujeres embarazadas o lactantes.
- Personas con una o más complicaciones como infección cutánea bacteriana secundaria, gastroenteritis y deshidratación, bronconeumonía.
- Personas con infecciones por el virus en los ojos, la boca, los genitales o el ano.
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