El sentido del olfato y la orientación de estos animales los hace ideales para buscar y encontrar víctimas de una catástrofe.
El 6 de febrero a la madrugada un terremoto sacudió parte de Turquía y Siria, catalogado como la catástrofe más letal de la región en casi un siglo. Hasta el momento se han reportado más de 17.500 fallecidos y 69.000 heridos. Desde entonces se han conocido noticias sobre las ayudas que otros países han enviado a los epicentros del desastre. Entre ellas, el traslado de binomios de perros de búsqueda y rescate mexicanos.
Estos perros son seleccionados y entrenados por grupos oficiales de rescate para apoyar con sus habilidades una operación de búsqueda y rescate.
Se especializan en diferentes entornos: estructuras colapsadas, agua, nieve, montaña o rastro específico. No son multitareas y siempre van acompañados de su guía. Por eso el trabajo se realiza en binomios.
Funciones
Dependiendo del área se desarrolla su entrenamiento, así lo explica Mauricio Cortés, integrante de la agrupación k-sar (programa de búsqueda y rescate con caninos) de la Cruz Roja seccional Cundinamarca y Bogotá. “El cuerpo humano deja olores y pequeñas partículas mientras se desplaza, pero nosotros los humanos no las podemos detectar”. Los perros entrenados identifican esas señales que van siguiendo hasta que dan con el lugar en donde está la persona con vida luego de una catástrofe, por ejemplo.
El perro entrenado no es un rescatista propiamente, busca y señala para que luego el resto del grupo realice el rescate. Para ello el guía es fundamental, pues es quien lo dirige, lo acompaña y ayuda a leer lo que dice. Entre los dos se comunican, se leen y trabajan conjuntamente.
Habilidades
Los poderosos sentidos de olfato y orientación de los perros son una ventaja que los hace ideales para detectar seres humanos vivos o muertos después de una catástrofe. Especialmente en zonas donde el uso de maquinaria pesada para levantar los escombros podría generar daños a las víctimas.
Además, “pueden identificar rastros de sangre o sudor, dependiendo del entrenamiento que hayan recibido”, y así dar con personas que hayan desaparecido tiempo atrás, según Cortés.
Pero para que puedan cumplir su tarea, el área donde van a realizar la búsqueda ha debido ser evaluada previamente de modo que su ingreso se haga con todas las condiciones de seguridad. “No es que sucedió un desastre y entran los perros para no poner en riesgo a los humanos, no”, afirma Cortés.
Entrenamiento
El entrenamiento se inicia desde que son pequeños, dura un promedio de dos años y la base es el juego. Lo que se busca es que el perro siga desarrollando sus cualidades de perro, no que sirva a un fin asignado por un humano.
El objetivo del entrenamiento es hacer que los perros sean capaces de identificar el aroma de las personas atrapadas sin importar los materiales del escombro o cualquier otro material que las cubra.
Durante el proceso, sin embargo, se debe garantizar el bienestar del binomio a nivel físico, psicológico y emocional. Si el binomio no se encuentra bien, la búsqueda no va a ser efectiva y puede poner en peligro el operativo y a ellos mismos.
Duración del servicio
No hay un tiempo determinado porque depende de la condición del animal. “Un perro que está entrando en su edad madura se va jubilando del servicio”, explica Cortés, y agrega, “cuando llega a esa edad sigue participando de los entrenamientos de forma lúdica o social para inspirar a otros perros”.
Siempre hay especialistas revisando hasta qué momento pueden continuar realizando su labor.
Razas
Existen razas que históricamente se han seleccionado por tener una ventaja para prestar este servicio. Pero en la actualidad no es este el factor clave. Según explica Cortés, la predisposición genética solo representa entre el 10 y el 30 % de la habilidad para realizar la búsqueda. El porcentaje restante lo pone el entrenamiento y que el perro disfrute hacerlo.
Hay razas emblemáticas como el pastor alemán, el border collie y el pastor belga malinois, pero hay muchos perros de raza única que han dado excelentes resultados. Actualmente hay 17 perros a nivel nacional, evaluados y certificados por la Cruz Roja Colombiana para responder a emergencias.
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