Desgarros, contracturas musculares y esguinces son algunas de las lesiones más comunes en los corredores. A veces se manifiestan tímidamente y pueden agravarse si no se atienden a tiempo.
ada corredor sabe hasta dónde está dispuesto a sacrificar por sus metas. Pero para muchos profesionales de la salud, los sacrificios, por más heroicos que parezcan, pueden salir muy costosos a largo plazo.
El doctor Andrés Hernández, médico deportólogo y encargado del Área de Rehabilitación Cardiaca de Colsanitas, dice que en los atletas profesionales y aficionados las lesiones más frecuentes son los desgarros o contracturas musculares. En las articulaciones, la más común es el esguince de tobillo. Hernández explica que es difícil alcanzar una pisada perfecta y cuando hay un mal apoyo, el tobillo se dobla generalmente hacia afuera y se produce la lesión. “El cuerpo está apoyado por unos ligamentos que si no alcanzan a sostener el peso del cuerpo se produce la distensión de esos ligamentos, es decir, el esguince”, apunta el especialista.
Hernández explica que los accidentes se clasifican como osteomusculares y cardiovasculares. “Obviamente los más graves son los cardiovasculares, porque comprometen la vida del atleta. Aunque los osteomusculares son los más frecuentes”, explica Hernández y añade que en esta última categoría hay lesiones crónicas y agudas. Las lesiones agudas, por lo general, son la consecuencia de un accidente (un tropiezo, una caída); las crónicas ocurren por el sobreuso y son más difíciles de tratar.
Hernández afirma que la primera norma para prevenir las lesiones consiste en tener la condición y la seguridad adecuada para hacer cada tipo de ejercicio. Es decir, que uno sepa que no está corriendo riesgos. Y la más importante: que un médico, ojalá deportólogo, le haga un examen completo para verificar su estado de salud, e identifique las fallas o características anatómicas que eventualmente pueden ser lesiones”, dice el especialista. Hernández afirma que la flexibilidad es una de esas capacidades que no suelen estar bien desarrolladas en los deportistas aficionados, y que es muy importante antes de exigirle un esfuerzo extra al cuerpo.
La deportóloga Luz Karime Alviz coincide con Hernández. Alviz atiende entre cinco y diez corredores a la semana en Colsanitas, y dice que casi todas las lesiones que se encuentra ocurren por sobreuso o falta de entrenamiento de fuerza. “Porque se dedican mucho a entrenar largas distancias y se olvidan del ejercicio de fuerza y de flexibilidad, que es clave para correr. Entonces muchas de las lesiones son por desequilibrios musculares, por retracciones musculares (falta de flexibilidad) y por sobrecarga”, afirma.
Alviz explica que las sobrecargas muchas veces impactan los gemelos. La fatiga de estos músculos puede provocar una reacción en cadena: “Cuando se retraen mucho los gemelos tiende a retraerse también el tendón de Aquiles, eso puede causar dolor y generar fascitis plantar”, dice Alviz.
"Casi todas las lesiones ocurren por sobreuso o falta de entrenamiento de fuerza. Los corredores entrenan largas distancias y se olvidan de los ejercicios de fuerza y flexibilidad".
Para Hernández, esa es una de las lesiones crónicas más frecuentes, que se expresa como un dolor en la planta del pie. Ocurre por no usar el calzado adecuado o tener mal apoyo. Hernández también dice que una de las lesiones más frecuentes es el síndrome de estrés tibial, en los músculos cercanos a la espinilla, que generalmente se presenta por el sobreuso.
Otras lesiones frecuentes al correr son la tendinitis del glúteo, el dolor de la cintilla iliotibial (en la parte externa de la rodilla), la tendinitis de la pata de ganso (dolor en la parte interna de la rodilla) y la tendinitis del tendón de Aquiles, según expone el doctor Luis Guillermo Castro, ortopedista y traumatólogo especializado en cirugía de pie y tobillo.
“La gran mayoría de estas lesiones se mejoran con reposo, compresas de hielo, antiinflamatorios en algunos casos, estiramientos y fisioterapia. Un pequeño porcentaje de los casos se vuelve crónico y podría requerir tratamientos más especializados, incluso la cirugía, especialmente la tendinitis crónica del tendón de Aquiles”, afirma Castro.
Muchos deportistas recomiendan consultar distintos especialistas ante una lesión. Y es que cuando éstas se complican, no siempre es fácil saber cuándo es momento de operar y qué se debe hacer después para volver a las condiciones óptimas. “Hay muchos procedimientos que se pueden realizar antes de recurrir a la cirugía, como factores de crecimiento u ondas de choque. Pero si incluso así la lesión requiere tratamiento quirúrgico, después de realizado se debe iniciar un exhaustivo protocolo de rehabilitación, incluido el entrenamiento en gimnasio, para ir haciendo un retorno gradual al trote”, dice el ortopedista Castro.
Siempre hay que estar alerta ante cualquier molestia que surja durante el ejercicio. Cuando ocurre, lo mejor es parar y acudir a un especialista. A veces, forzar al cuerpo y exigirle por encima del dolor puede hacer que la lesión que se agrave. Como dice el doctor Hernández, “Hay que creerle al cuerpo, el cuerpo es muy sabio en dar señales”.
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