Cerca de 10.000 veces al año se usa este procedimiento en la Clínica Reina Sofía. Arnold Barrios, jefe quirúrgico, explica qué es y en qué casos se recomienda.
¿Qué es?
Es un método de cirugía. La laparoscopia tiene como principal característica ser mínimamente invasiva, lo que implica incisiones e intervenciones en el cuerpo del paciente mucho más pequeñas y menos agresivas en comparación con la cirugía “tradicional abierta”. La laparoscopia puede usarse en el abdomen y la zona pélvica, aunque el mismo procedimiento funciona en la cavidad torácica y las articulaciones bajo los nombres de toracoscopia y artroscopia, respectivamente.
¿Cómo funciona?
El médico cirujano opera a través de tres incisiones en la piel cuyo tamaño individual no excede los cinco milímetros. Una de las incisiones sirve como guía y está ubicada sobre el área a intervenir; las otras dos están ubicadas a ambos lados de la primera.
A través de estas aberturas el cirujano introduce las herramientas quirúrgicas, que son tubos delgados como un cable. Por la incisión guía va un artefacto que libera un gas o un líquido que tiene como función expandir el área abdominal, y una cámara diminuta con una linterna que transmite imágenes en tiempo real a una pantalla en el quirófano. Por las otras aberturas van pinzas y bisturíes de alta precisión que permiten llevar a cabo el procedimiento.
¿En qué casos se usa la cirugía laparoscópica?
Puede usarse en prácticamente cualquier procedimiento quirúrgico. Las limitaciones suelen estar dadas por la falta de los equipos o profesionales necesarios para llevarlo a cabo.
En las clínicas de Colsanitas, los procedimientos en los que más se usa esta técnica son: cirugía bariátrica (para tratar obesidad), cirugía oncológica de colon, herniorrafia inguinal (para tratar hernias), colecistectomía (extracción de la vesícula biliar) y apendicectomía (en casos de apendicitis).
La laparoscopia también puede usarse como método diagnóstico: mediante la cámara se evalúa el deterioro de ciertos órganos o la presencia de cuerpos extraños. En este caso, el diagnóstico sirve para evaluar o descartar la pertinencia de una cirugía en la cual sí haya intervención.
Este método de cirugía tiene algunas ventajas: las cicatrices son minúsculas, el tiempo de recuperación es mucho más corto, las probabilidades de complicaciones son mínimas y el dolor es menor en comparación con la cirugía tradicional.
Riesgos
Es mucho menos riesgosa que la cirugía tradicional abierta debido a la intervención mínima. Las complicaciones pueden aparecer según la complejidad de la cirugía, es decir, por el área a operar o la dificultad de la intervención. Los riesgos posteriores dependen del cuidado en el postoperatorio.
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