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Bienestar Colsanitas

La dieta keto: ¿tan buena como la pintan?

Consumir principalmente grasas y proteínas y evitar al máximo los carbohidratos sirve para bajar de peso de manera rápida, pero no aplica para todo el mundo, y en el largo plazo podría tener contraindicaciones.

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En el mundo de la alimentación existen dietas para todos los gustos. La cetogénica (o keto, como se le conoce en inglés) es sin duda una de las más populares. De acuerdo con la publicación Should You Try the Keto Diet? (2020), de Harvard Health Publishing, la dieta cetogénica tiene como objetivo hacer que el organismo dependa de otra fuente de energía que no sean los carbohidratos, sino los cuerpos cetónicos, un tipo de combustible que el hígado produce a partir de la grasa almacenada.

“La dieta keto clásica permite el consumo de un gramo de proteína por cada kilogramo de peso, así como de 10 a 15 gramos de carbohidratos y el resto de las calorías deben consumirse en forma de grasa”, explica la doctora Luisa Fernanda Becerra, nutricionista-dietista adscrita a Colsanitas. “En realidad, aunque tiene múltiples variaciones, es una dieta principalmente alta en grasas de todo tipo: mantequilla, aceites, grasas de origen animal, frutos secos, aguacate, derivados del coco, entre otras”, añade.

Aunque ‘ser keto’ pareciera estar de moda, no es un plan de alimentación nuevo. De hecho, han pasado 100 años desde que un médico norteamericano, Rollin Woodyatt, descubrió que los cuerpos cetónicos —acetona, acetoacetato y ácido hidroxibutírico— aparecen luego de un ayuno prolongado o por cuenta de una dieta que contiene una proporción muy baja de carbohidratos y muy alta en grasa.

Justo en ese mismo año del descubrimiento, en 1921, otro profesional de la salud llamado Russel Wilder, de la Clínica Mayo de los Estados Unidos, inició una prueba de dieta cetogénica en un grupo de pacientes con epilepsia en quienes se había observado mejoría de los episodios convulsivos con la cetosis inducida por el ayuno.

DIETA KETO CUERPOTEXTO

¿Tiene beneficios?

La respuesta es sí. Actualmente, la dieta cetogénica se utiliza como tratamiento para la obesidad y el sobrepeso.

“Por los cambios que se producen en el metabolismo energético, es eficiente para reducir la grasa almacenada en el tejido adiposo y promover la pérdida de peso”, dice Becerra. “Se han observado también efectos en la reducción de la hemoglobina glicosilada en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 y reducción en la secreción de insulina en pacientes con hiperinsulinemia. Actualmente se está estudiando el efecto de esta dieta en pacientes con cáncer, enfermedades neurodegenerativas y otras enfermedades crónicas”.

Este tipo de plan alimenticio también se aplica en los pacientes candidatos a cirugía bariátrica para promover una pérdida de peso rápida y una disminución del tamaño del hígado en la etapa preoperatoria. También se sugiere en el tratamiento de la epilepsia resistente a los fármacos.

Pero ojo, no todas las personas son aptas para aventurarse con este tipo de alimentación, ni tampoco es un plan nutricional que deban seguir los individuos en el largo plazo. “Está contraindicada en el embarazo y la lactancia, así como en pacientes que padecen de diabetes mellitus tipo 1 porque se pueden presentar episodios frecuentes de hipoglucemia”, explica la doctora Luisa Fernanda Becerra. “Tampoco es recomendable en pacientes que tengan trastornos de la conducta alimentaria, trastornos mentales, abuso de alcohol y otras sustancias, insuficiencia hepática y renal”.

Tenga en cuenta

Lo primero es que esta dieta debe ser recomendada por un especialista en nutrición o similar, y para fines específicos determinados por un profesional de la salud. Ahora bien, quienes siguen este tipo de alimentación deben mantenerse hidratados, ya que “inicialmente, la producción de cuerpos cetónicos aumenta la diuresis (la orina) y puede producir deshidratación”, dice Becerra. También es importante vigilar síntomas gastrointestinales como el estreñimiento y monitorear niveles de colesterol y ácido úrico en la sangre.

Otro de los temas clave para tener en cuenta es el tiempo de duración de la dieta. Si bien es cierto que hasta el momento se han realizado numerosos estudios que evalúan los efectos de la dieta en periodos de seis meses y hasta de un año, y es evidente que sí genera en los pacientes una pérdida de peso importante, como en todos los tratamientos bajos en calorías, es normal que cada persona llegue a una especie de meseta con el paso del tiempo.

Por eso, lo más importante es informarse y desarrollar hábitos de alimentación saludables. Comer de forma balanceada debe ser parte de su estilo de vida. Y no lo olvide: el primer paso siempre será consultar con un especialista si este tipo de dieta —o cualquier otra— es realmente apta para usted.

Alimentos permitidos y alimentos restringidos. 

Pese a que la dieta cetogénica puede tener múltiples variaciones, estos son algunos de los productos que se pueden (o no) incluir en la lista del mercado de quien vaya a seguir el plan.

SI

- Carne de res, cerdo, pollo, tocineta, salmón Aceites (oliva, coco) Mantequilla, quesos, leche entera, crema de leche Nueces y semillas, almendras, pecanas, maní, marañones, nuez del Brasil, semillas de chía Aguacate, coco, fresas, arándanos, aceitunas, limón, espinaca y otros vegetales crucíferos.

NO

- Arroz, avena, pasta, legumbres (fríjoles, garbanzos, lentejas) Bebidas alcohólicas y bebidas azucaradas Banano, mango, uva y verduras con almidón: papa, yuca… Harinas refinadas (pasteles, panes, tortas, dulces, helados) Salsas y condimentos.

 

 

 

*Periodista. Tiene un posgrado en Nutrición de la Universidad de Barcelona. SEPARADOR

 

Catalina Sánchez Montoya

Periodista con especialización en nutrición comunitaria de la Universidad de Barcelona. La Cuchara de Cata.