La palpación y observación de los órganos genitales masculinos puede ser determinante para detectar enfermedades de manera temprana.
La incidencia de tumores testiculares en Colombia es de 2 por cada 100.000 habitantes, con una tasa de mortalidad del 0,4 %, de acuerdo con Global Cancer Observatory, un proyecto impulsado por la Organización Mundial de la Salud. Si tenemos en cuenta que hay por lo menos 20 tipos de cánceres testiculares y que la edad de prevalencia para ellos oscila entre los 15 y los 35 años, la realización periódica de un autoexamen genital parece bastante útil para detectar a tiempo anomalías que afecten la salud masculina.
Aunque es mucho más frecuente escuchar en centros médicos y medios de comunicación sobre el autoexamen femenino para prevenir el cáncer de seno, el autoexamen masculino también es un mecanismo eficaz de detección temprana de tumores e incluso de infecciones de transmisión sexual. Basta un chequeo periódico para garantizar que todo está como debería estar, o para identificar oportunamente algo fuera de lo normal.
¿En qué consiste el autoexamen masculino?
Cuando hablamos de un autoexamen nos referimos a la exploración que podemos realizar nosotros mismos, sin la intervención de un especialista. Su propósito es identificar anomalías en algunas zonas del cuerpo, ya sean malformaciones, deformaciones, laceraciones, secreciones, molestias o dolor. Es decir, todo aquello que escape de lo que podría considerarse normal. Por tanto, el autoexamen masculino consiste en una exploración de los testículos y del pene mediante el tacto y la observación.
El doctor Miguel Acuña, urólogo de Colsanitas, recomienda en primera instancia asistir a una consulta de control con un especialista, para que se definan los parámetros de normalidad. “En mis consultas yo hago el examen y les digo a mis pacientes: ‘todo está normal, ahora sí puede ir a casa y tocar sus testículos y saber cómo deben estar en condiciones normales’, dice. Una vez que existe este punto de comparación, lo ideal es que los hombres realicen el examen durante la ducha con cierta periodicidad, para conocer cómo se ven y se sienten sus testículos y su pene y así, dado el caso, saber identificar la aparición de algo nuevo, algo anormal. Si el paciente no va donde un especialista no podrá saber si lo que está sintiendo en sus genitales es un signo de alarma.
El dolor en los testículos
Aunque el dolor podría ser un indicador de anormalidad, el doctor Acuña es enfático al señalar que puede ser engañoso, debido a que el grado de dolor es subjetivo, y a que los testículos son muy sensibles; por consiguiente, lo primordial es detectar cambios físicos evidentes en el tamaño y la consistencia. El cáncer testicular, por ejemplo, se caracteriza por la aparición de masas, y no por la presencia de dolor.
Acuña también señala que si una persona siente dolor testicular, es imperativo que vaya a urgencias. La causa principal de dolor testicular es una torsión, en la cual el testículo gira sobre sí mismo y enrolla el cordón espermático que suministra sangre al escroto. “De no tratarse a tiempo, el testículo podría infartarse y perderse”, sentencia el especialista.
¿Cuál es la frecuencia prudente?
Los especialistas sugieren que sea cada quince días o, por lo menos, una vez al mes. Pero un hombre puede examinarse el pene a diario durante el baño, en vista de que este está expuesto y sus alteraciones suelen ser más evidentes.
Por otro lado, es recomendable que los varones asistan a una consulta con un urólogo a partir de la etapa adolescente. Recordemos que los tumores testiculares aparecen sobre todo en personas jóvenes. En esas primeras consultas es necesario revisar que los testículos tengan un tamaño saludable y que el pene no tenga prepucio redundante ni se retraiga con dificultad.
Después de ese primer contacto con el especialista solo hace falta regresar si en el autoexamen aparece algún signo de alarma. En caso de confirmarse la presencia de alguna enfermedad o infección, los controles deberán realizarse cada seis o doce meses, dependiendo de las indicaciones del profesional.
¿Qué sigue luego de la detección de una anormalidad en los genitales?
Lo primero es asistir con un especialista para confirmar la presencia de alguna patología. En la consulta, el profesional comprobará mediante un examen físico que en efecto haya signos de alarma. Acto seguido ordenará exámenes diagnósticos, como ecografías testiculares y marcadores tumorales (un tipo de pruebas en la sangre). Y después, dependiendo el caso, se determinará el tratamiento que debe seguir el paciente.
¿Qué complicaciones puede prevenir?
El autoexamen no previene la aparición de la enfermedad o de la infección, sino que ayuda a su detección temprana y, en consecuencia, a su tratamiento oportuno. Siendo así, el autoexamen, además de distintos tipos de cánceres e infecciones de transmisión sexual, puede prevenir la complicación de las siguientes anormalidades:
- La presencia de quistes en la cabeza del epidídimo. No se tratan mediante cirugía porque podría afectar la fertilidad a largo plazo; en cambio, se controla el tamaño de los quistes mediante un seguimiento periódico.
- En adolescentes es común la aparición de varicoceles, es decir, varices en el testículo. Normalmente, el paciente las identifica mediante el tacto o cuando nota las venas dilatadas. Si éstas no afectan la fertilidad, no necesitan de ningún tratamiento quirúrgico. Vale aclarar que el varicocele no tiene por qué generar dolor.
- La orquiepididimitis es otra patología identificable en el autoexamen. Se trata de una infección del testículo y del epidídimo que provoca hinchazón de uno o ambos testículos, y produce malestar general. Puede ser causada por una infección urinaria o por alguna enfermedad sexual, normalmente, clamidia.
Otros signos no identificables
Hay patologías del sistema reproductor u otros sistemas que no se manifiestan físicamente en los testículos o en el pene, pero que sí dejan sus indicios ahí. Ante la aparición de estos, hay que consultar con un especialista, porque algunos tumores de vejiga, riñón o próstata suelen producir síntomas como orina con sangre, incontinencia, sensación constante de querer ir al baño, dificultad, flujo débil o necesidad de hacer fuerza excesiva al orinar.
¿Cómo debe llevarse a cabo?
Es necesario palpar cada uno de los testículos con los dedos siguiendo su circunferencia natural; la textura debe ser lisa, tersa y firme. La sensación en ambos testículos debe ser similar, tanto en forma como en tamaño (a pesar de que en algunos casos un testículo puede ser ligeramente más grande que el otro).
Por otro lado, el examen del pene debe enfocarse en la detección de lesiones, úlceras, llagas, curvaturas, dificultad para retraer el prepucio y secreciones anormales, además de dolor, ardor o comezón.
-Este artículo hace parte de la edición 183 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa en este enlace: https://www.bienestarcolsanitas.com/images/PDF%20ED/Bienestar183.pdf
*Periodista y filósofo. Colaborador frecuente de Bienestar Colsanitas y de Bacánika.
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