El aislamiento cambió por completo la rutina. Con los niños en la casa, haciendo educación virtual, los padres deben cumplir demasiadas tareas a la vez. Sin embargo, es posible. Algunos expertos nos cuentan cómo mejorar la nueva cotidianidad.
sta será la cotidianidad por muchos días más: toda la familia en casa y cada uno con sus responsabilidades. Pero no se dé látigo si no alcanza a cumplir con todas las tareas que le demanda su hogar. Todos estamos atravesando la incertidumbre y el caos. Y este es un aliciente: nadie sabe cómo hacerlo bien. Todos estamos intentando y probando fórmulas para ver cómo fluye mejor. Así que no le dé vergüenza pedir al colegio de su hija que no envíen tantos trabajos, o a su jefe que necesita un día más para terminar una tarea pendiente. No se desespere si su comedor se ha convertido en la finca de los peluches de su hijo, o si la cocina no permanece limpia más de una hora. Estamos enfrentándonos a una pandemia y no estábamos preparados (nadie lo está). Sea más flexible con usted mismo, y por supuesto, con sus hijos.
Ana Paulina Maya, líder de la red En familia (grupo de padres que hacen homeschooling en Colombia) compartió en un conversatorio virtual, organizado por Redpapaz, algunos consejos para crear rutinas en nuestros hijos durante la contingencia y agregamos otros que pueden ser útiles para organizar y cumplir con todo en tiempos de cuarentena:
La primera recomendación es crear una rutina (puede organizarla en forma de calendario u horario). Pero antes de escribirla debe definir lo siguiente: las tareas que sí o sí debe cumplir, el tiempo que dispone para estas labores y quiénes están dispuestos o disponibles para acompañar al niño. Los niños aprenden más fácilmente si saben lo que les espera. Por eso en los colegios hay horarios.
El calendario de actividades debe escribirlo con su hijo para que el niño haga parte de la toma de decisiones. Si los padres lo tienen en cuenta, él estará más dispuesto a cumplirlo. Pregúntele qué tareas de la casa quiere realizar, y cuáles definitivamente no quiere hacer. Busque siempre más negociación y menos imposición.
No piense que al elaborar el plan de actividades del día o de la semana todo se va a arreglar mágicamente y al otro día su hijo va a estar como un relojito. Los papás sabemos hacer planes y los niños saben desbaratarlos. Entonces abra su mente y pruebe diferentes técnicas. Haga una primera programación y empiece a probar: quizás para el niño algunas labores resultan más productivas en otro horario. No tema hacer los ajustes necesarios.
Usted va a necesitar más tiempo porque no solo necesita trabajar desde casa, sino cocinar, limpiar y lavar la ropa, así que puede permitirse y permitirles a sus hijos actividades que tal vez antes controlaba más. Sea más flexible con el desorden, con el tiempo que sus hijos pasan frente a las pantallas (siempre que sepa qué están viendo), pues gracias a este tiempo va a poder terminar alguna tarea pendiente. La rigidez mental no es un buen aliado en estos momentos.
Convierta el juego y el ocio de sus hijos en su amigo. Los niños están programados para jugar y aprender a través del juego. Escuche sus propuestas. En este momento el juego puede ser una válvula de escape para la situación tensa que estamos viviendo. No ponga al juego en la última casilla del horario, ni lo vea como algo adicional para hacer después de lo importante. Si necesita tiempo para conectarse a una reunión o debe concentrarse en alguna tarea, ponga el juego en ese horario. No va a perjudicar a sus hijos, al contrario, ganan ellos y gana usted.
Parece obvio pero no está de más recalcarlo: optimice su tiempo frente al computador. Evite las distracciones, el celular y cualquier tarea doméstica. Propóngase no interrumpir su trabajo durante bloques de 45 minutos, ojalá en un espacio donde no lo molesten. Aquí entran en juego las negociaciones para hacerse cargo de los niños más dependientes.
Es importante, más que nunca, repartir las tareas entre los miembros de la familia. Todos deberíamos tener un horario y una organización que nos permita cumplir con nuestras responsabilidades. No descarte la opción de trabajar algunas horas los fines de semana, levantarse antes o acostarse más tarde, según el horario en el que su cuerpo y su mente sean más productivos.
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