Acompañar a nuestros padres cuando envejecen es un acto de amor y gratitud. También nos da el privilegio de asistir a una versión posible de nuestro propio futuro.
Asumir el cuidado de nuestros padres cuando entran en la vejez nos permite asistir a la proyección de la película de nuestro propio futuro, y poder determinar si queremos que sea una compleja película de drama, repitiendo errores, o una de tipo romántico con final feliz.
En nuestra sociedad latina, aún muy familiar, los adultos mayores son parte activa de nuestras vidas. Muchas veces siguen siendo ejemplo para sus hijos, nietos y bisnietos; siguen siendo personas dinámicas dentro de la estructura familiar; son en muchas ocasiones nuestro apoyo emocional y participan en aspectos tan importantes como la crianza de nuestros hijos, sus nietos. Muchos de nosotros hemos visto la felicidad que representa para nuestros padres acompañar a sus nietos, nuestros hijos, porque su rol de abuelos no conlleva la misma responsabilidad que el rol de padres.
Pero el inexorable reloj nos muestra que no siempre serán activos y autónomos. El natural paso de los años va haciendo mella en lo físico, lo emocional, lo mental, en su seguridad o en su economía, entre otros aspectos, lo que para muchos hijos no está en sus cálculos o lo ven lejano.
Hijo prevenido vale por dos
Para muchos, encargarse de los padres puede ser una situación sorpresiva, impactante, pero de ninguna forma debe verse como una carga o “un karma”. Es, por el contrario, una maravillosa oportunidad de devolverles algo de lo mucho que nos dieron dentro de sus posibilidades, durante años, incluso décadas. Es un acto de gratitud que se torna más eficaz cuando se prevé y se construye con toda la familia.
Claro: como en toda sociedad y familia puede que haya la hija o el hijo alejado y despreocupado, al que yo llamo crápula. Pero no se trata de reñir sino de entender sus motivos, traerle de nuevo al entorno familiar, como la parábola del hijo pródigo, por el bien de sus padres y el propio.
El lector se preguntará: ¿qué es encargarse con éxito de los propios padres? Encargarse con éxito de la vejez de los padres es asumir el control gradual, pero a fondo, de los aspectos que ellos ya no pueden atender. Es ser su gerente. No es tomar el control de su vida, porque por respeto y por dignidad es algo que ellos deben manejar hasta que estén lúcidos o quieran hacerlo. Es asumir cómo el inexorable y natural paso de los años va haciendo mella en la independencia de personas tan queridas y cercanas como nuestros propios padres.
Encargarse con éxito de ellos es darles la vejez feliz que nosotros queremos para nosotros mismos, comenzando desde ya.
¿Cuáles son los primeros pasos?
Con usted:
- Haga un pare en el agite del día a día y mire con objetividad cómo están sus papás. Si ya dejaron de ser quienes eran. Si están más lentos, cansados o si son más o menos independientes para realizar sus actividades cotidianas.
- Haga una autoevaluación de etapa propia, en la que revise cómo fue su relación de niño o adolescente con cada uno de sus padres, para entenderse mejor y saber qué se puede lograr y qué no en el futuro.
- Aplique siempre la fórmula Amor CO CO. Amor por sus padres y su familia. Conocimiento a fondo de la situación de sus padres. Compromiso para solucionar.
Con sus padres:
- Evalúe su salud física y mental para detectar si hay alguna enfermedad simple o incluso una complicación de fondo que toque tratar inmediatamente. Es muy importante detectar de forma temprana enfermedades progresivas como Alzheimer y Parkinson, entre otras, que en etapas tempranas no son tan evidentes.
- Evalúe la situación financiera de sus padres: pensión, vivienda, asuntos legales, testamento o acuerdos de apoyo, entre otros. Intente conversar con ellos de manera franca y abierta sobre estos temas; no es fácil, pero hay que intentarlo.
- Analice la situación familiar general. Las relaciones de los hijos con los padres y entre los hijos.
- Si se llegara a requerir un cuidador, ¿quién podría ser? ¿Un familiar? ¿Es posible contratar un cuidador externo?
¿Cuándo dar esos primeros pasos?
En general, revise estos aspectos suyos y de sus papás sobre los 40 años en las mujeres y sobre los 50 en los hombres. En Colombia la edad de pensión es a los 57 años para ellas y a los 62 años para ellos, y los últimos 10 años de ingresos son fundamentales para lograr una mejor pensión, si se espera contar con ella.
Ya vendrán muchos más pasos importantes, y el camino a una vejez feliz se va construyendo paso a paso. Es mejor estar preparado y no esperar a cuando se tienen encima los problemas.
Repito lo que mencionaba al comienzo: asumir el cuidado de los padres es como asistir a la proyección de la película de nuestro propio futuro. Y es que cuando nos encargamos de ellos con el alma, estamos recorriendo un camino doble. El de ellos ayudándoles a tener una vejez digna, amable, tranquila y ojalá feliz, y el nuestro para evolucionar, y donde de seguro podremos corregir muchos aspectos propios y algunos que ellos no tuvieron en cuenta, o no pudieron hacer mejor por distintas condiciones.
Hay muchos temas por prevenir, pero recomiendo comenzar con estos primeros para recorrer de forma grata el camino de encargarnos con éxito de la vejez de nuestros padres.
Si quiere profundizar…
En algún momento de la vida, los papeles se invierten: nuestros padres dejan de ser nuestro apoyo incondicional, y pasan a necesitar de nuestra ayuda, de nuestro apoyo. De alguna manera, pasamos a ser los padres de nuestros padres.
¡Ahora soy papá de mis papás! trata sobre este momento determinante en la vida de todas las personas que vivimos en las ciudades actualmente. Por medio de reflexiones, análisis, anécdotas, autoevaluaciones y recomendaciones, este libro aporta herramientas para prepararse y encargarse de forma asertiva de todo lo referente a la salud, las finanzas, la seguridad, los temas legales y el cuidado de los padres en la vejez, con un énfasis en pacientes con Alzheimer.
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