Un sueño ruidoso no necesariamente es una demostración de un buen descanso, más bien puede ser una alerta de problemas respiratorios. Un somnólogo aclara sus dudas.
El ronquido es un problema de salud y es necesario considerarlo un síntoma que se debe diagnosticar y tratar para controlarlo.
1. ¿Por qué se produce el ruido?
El ruido se produce cuando el aire no fluye libremente a través de la nariz y la boca y el efecto sonoro se genera por la vibración de los músculos de la garganta. Generalmente es una condición que afecta las relaciones personales y el comportamiento de la persona durante el día.
2. ¿Cuáles son las causas?
Según expertos, las principales causas de enfermedad se relacionan con la anatomía de la persona, es decir: alteraciones en las amígdalas, un gran tamaño o inflamación de las adenoides o úvula (campanilla), desviación del tabique nasal, el paladar blando o una lengua muy ancha en la base.
En el caso de personas con sobrepeso, se produce por el tejido graso que se acumula en el cuello; en los adultos mayores por la pérdida del tono muscular; y en las mujeres embarazadas debido a la hinchazón de la mucosa en nariz y boca que producen los altos niveles de estrógeno y progesterona. También puede ser consecuencia de pólipos en los senos paranasales, la hipertensión y la diabetes.
3. ¿Influyen otros factores?
La ingesta excesiva de alcohol puede tener una incidencia directa en la calidad del sueño y en la relajación disfuncional de la musculatura de las vías respiratorias que desencadena los ronquidos. Mientras que los fumadores tienen una propensión mayor de convertirse en roncadores como consecuencia de la irritación de las estructuras del tracto respiratorio o la inflamación crónica de las cuerdas vocales.
De acuerdo con datos de la Fundación Nacional del Sueño de los Estados Unidos, uno de cada tres roncadores en el mundo padece de apnea obstructiva del sueño (AOS), que se produce cuando los músculos se relajan, las vías respiratorias se estrechan, los pulmones no reciben la cantidad de aire necesaria para oxigenar adecuadamente la sangre, y el cerebro, al detectar la falla, hace que el individuo se despierte para que se vuelvan a abrir las vías respiratorias. La manifestación evidente de este sueño fragmentado es la suspensión temporal del ronquido, el jadeo o el resoplido constante mientras se está dormido, y las consecuencias van desde un sueño poco reparador o problemas de concentración, hasta la hipertensión arterial y las arritmias cardíacas.
4. ¿Cómo se diagnostica?
Félix Parales Zapatero es médico otorrinolaringólogo de Colsanitas en Barranquilla y tiene una supraespecialidad en somnología, la ciencia que estudia los trastornos del sueño. Parales explica que para diagnosticar la causa de los ronquidos es clave para los especialistas conocer la historia clínica y el estilo de vida del paciente, además, “el examen físico nos permite revisar la nariz, la boca y la garganta para detectar cualquier anomalía anatómica. Y luego, solemos recurrir a una endoscopia de vías aéreas, que consiste en poner un dispositivo muy delgado con una camarita, llamado nasolaringoscopio flexible que se pasa a través de la nariz o la boca, y permite evaluar la faringe hasta las cuerdas vocales. Es un examen que se hace en el consultorio y es menos molesto que la prueba para detectar el Covid-19”, comenta.
Además, el doctor Parales explica que cuando se sospecha de una apnea obstructiva del sueño, es necesario someter al paciente a una polisomnografía, un estudio que se hace usando un dispositivo portátil que registra ciertas funciones corporales mientras la persona duerme, tales como el flujo de aire durante la respiración, los niveles de oxígeno en sangre, los movimientos del cuerpo, las ondas cerebrales, la actividad muscular y la frecuencia cardíaca. Habitualmente se realiza en centro de sueño, pero preferiblemente se hace en casa, y a partir de los resultados el médico planifica la estrategia terapéutica.
“Los ronquidos asociados a obstrucciones del tracto respiratorio tienen altísima prevalencia, y generalmente son producidos por enfermedades subdiagnosticadas y subtratadas. Estamos frente a un problema con implicaciones cognitivas y cardiovasculares, que es una causa frecuente de accidentes de tránsito y laborales, y además, afecta la salud de los compañeros de cama. Buscar solución es un acto responsable con nosotros mismos y considerado con los demás”, apunta Parales Zapatero.
5. ¿Se puede tratar?
Para eliminar o controlar los molestos ronquidos, Parales Zapatero describe varias alternativas.
La solución más evidente es cuando roncar se asocia con el sobrepeso, en este caso es necesario modificar la dieta y recurrir a la actividad física para disminuir la masa corporal. Si las razones se relacionan con tabaquismo y alcohol, será suficiente suspender el consumo de las sustancias que alteran el sueño y el buen funcionamiento del sistema respiratorio. El apoyo de nutricionistas, psicólogos, deportólogos y entrenadores físicos puede ser de gran ayuda.
Para otras causas de tipo anatómico, está la posibilidad de usar dispositivos orales que permiten corregir el tamaño de los maxilares. El Dispositivo Médico de Avance Mandibular es un aparato con barras ajustables que permite mantener la mandíbula inferior en una posición correcta durante el sueño (hacia adelante), de tal manera que facilita el paso del aire por la faringe.
para la apnea obstructiva respiratoria, la presión positiva continua en la vía aérea es una opción de tratamiento y para eso se utiliza un dispositivo llamado CPAP, por sus siglas en inglés (continuos positive airway pressure), que es una mascarilla intranasal que el paciente debe usar todas las noches para evitar que las vías respiratorias colapsen mientras duerme y, por supuesto, elimina los ronquidos y los “microdespertares”. Parales enfatiza en que es necesaria la recomendación de un especialista para su uso.
Y, finalmente, el médico de Colsanitas describe las opciones quirúrgicas a las que se puede recurrir para acabar con las causas que producen los ronquidos, “la cirugía debería elegirse de acuerdo con los resultados de la polisomnografía, porque es ahí donde se detectan los sitios de la obstrucción. Entonces ahí se decide si hay que hacer una reducción de lengua, la resección de la epiglotis, entre otros. En los niños la cirugía de amígdala y adenoides sigue teniendo vigencia para resolver problemas de ronquidos y de apnea, pero en el adulto ya no es recomendada”, describe.
El médico también hace referencia a la rinoplastia, la cirugía con la que se corrige la desviación del tabique nasal y los cornetes, o la faringoplastia, la expansión del espacio entre la nariz y el paladar (paladar blando), o la maxilofacial, que modifica la posición de los huesos para liberar las vías respiratorias superiores.
“Los cirujanos podemos combinar algunas de estas técnicas quirúrgicas para optimizar el resultado. Pero la mejor recomendación que podemos darle a una persona que padece ronquidos fuertes o sospecha que tiene apnea obstructiva del sueño es recurrir a una evaluación médica especializada para detectar las causas de su problema y recibir orientación para solucionarlo. Es mentira que roncar sea normal y que haya que vivir con eso”, concluye el otorrinolaringólogo Parales.
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